domingo, 9 de noviembre de 2008

Hello Saferide - Anna

No sé si será el tiempo, noviembre, la proximidad del viaje, el agua o que me estoy haciendo mayor, pero lo cierto es que llevo unos días con el sentimental subido. Quiero decir, me quedo embobado escuchando música que sin coartadas intelectuales o sin ironía me ataca directamente la fibra sensible. Y me emociona, me deja tierno y algo tontorrón (Y, por favor, no seáis malpensados y me imaginéis limpiándome los mocos con la manga mientras me meto en la vena horas de Michael Bolton... todavía conservo la cordura y un mínimo de buen gusto).

Lo que estoy escuchando estos días es una bella muchacha llamada Annika Norlin que se presenta en el mundo bajo el nombre de Hello Saferide. Hace un pop tranquilo y discreto, honesto en su carga de sentimiento (que no de sentimentalidad), de ternura casi infantil, preñado de historias cotidianas de amor, amistad, decepción, alegrías y tristeza.


De voz sutil y matizada, de instrumentación tranquila presenta un mundo sensible e introspectivo que no cae en actitudes cursis o melosas porque siempre hay en sus canciones una ligera pátina de humor e ironía, la mayor de las partes amable, pero en ocasiones son miradas más duras y tristes a lo cotidiano. Habla de lo que la rodea, de lo más cercano y tangible.

La conocí por medio de esa fantástica página infinita que es Música de bolso donde aparece en uno de los vídeos cantando en un ascensor. Me gustó la sencillez de la propuesta y me puse a buscar cosas de ella. Periodista en su tiempo libre, le gustaba componer canciones para sus amigos, montó un myspace con las canciones y empezó a ser conocida. Ya lleva publicados dos álbumes difíciles de encontrar (por lo menos en este país).

Y una de sus canciones es la que hace que el tonto se me suba. Se llama "Anna" y es una carta a una hija que podría haber tenido con su pareja, que podría haber visto crecer, que hubiera ganado el premio Nobel, encontrado la cura del SIDA, comprado una casita en el campo para sus padres y no haber llegado jamás a conocer esa sensación que se tiene cuando alguien te rompe el corazón. Y pide disculpas a esa hija llamada Anna por no existir porque un día su pareja se largó. Sé que es una historia melodramática, pero la canción no es ñoña, de verdad. Hay toques de una sutil ironía, de pequeña desdramatización, de reírse de una misma. Y me toca la fibra... definitivamente será que me estoy haciendo viejo.

2 comentarios:

Cloe dijo...

Me encantó el video, la canción por lo que contaste me hizo recordar inebitablemete a Playboy Mommy de Tori Amos (aunque claro, la de Tori no tiene ni ironía ni ostias, es más triste que clavarse un tenedor en el pecho).
La niña del video me recordó tanto a mi de pequeña...no te puedes hacer una idea jaja, con el disco de Bob Dylan y los cascos y la guitarra, ¡y jugando al bádminton, con lo que yo jugaba!! jaja, te juro que me vinieron flash backs infantiles a la cabeza.

Genial. Besos!!

Libélula dijo...

¡Hola Bombón!

No conocía a Annika Norlin. Muy linda voz, me gustan esas voces que limitan lo quebradizo. El tema me gustó mucho, quizás por las pasadas experiencias y una en particular pero eso es otro tema y ya no vale la pena revolver sobre ello.

¿Qué andará pasando por esa cabeza loca que estás sentimental?

Besos enormes, Libélula.