viernes, 28 de noviembre de 2008

Poemas descubiertos en un P5 y leídos frente al Malecón

En una de las muchas librerías que visitamos en La Habana (y donde nos dejamos gran parte del dinero que llevábamos en el bolsillo para comer y poder pagar los transportes que nos devolverían a casa) encontramos por casualidad el libro Golpes de lluvia de la poetisa Mayda Pérez Gallego. Aurora abre una página al azar y lee en voz alta.

Triángulos

La tercera persona del singular
te quiere (tú lo aceptas).
La primera persona te ama (bien lo sabes).
Sin embargo
tú adoras a la tercera
(quien no es por cierto la persona antes mencionada
sino otra que padece también
de ambivalencia:
puede ser él
pero
puede ser ella). Vaya idioma.


Salimos de la librería con un ejemplar para Laura, un ejemplar para Aurora, un ejemplar para Jorge.

Durante la noche los leímos en las farolas hasta quedarnos ciegos, en las sombras de las paredes que guardan tantos grises imposibles, en el ocaso en La Habana que tiñe la noche de naranja y añil. Enfermos de poesía buscábamos versos que hablaran de nosotros, que nos emocionaran o que fueran un retrato irónico de nosotros mismos. Instalados en un autobús, leemos y leemos para nosotros, para los que nos rodean y para los que no conocemos.

El otro lado del cuento

Voy a inventar el cuento de que llegas.
Que abro y eres
noticia pronta al alcance de la mano.
Que sueltas tus conejos
y yo mis tímidos leones.
Que te invento un cigarro que no daña
Que rompemos el tiempo en pedacitos
y lo echamos a volar balcón al mundo.

Voy a inventarme
al otro lado del cuento.


Y Laura nos invita a cenar. Vamos a casa de su novio y ella se instala en la cocina para deleitarnos con alguna sorpresa, para ofrecer una cena a las personas que quiere. Balcón frente al Malecón, el agua saltando, las parejas caminan por la calle y cae la tarde. Hora mágica en La Habana donde por unos segundos parece que todo es posible. Fumo un cigarrillo tranquilo para engañar el hambre. Aurora graba un vídeo, ríe, coquetea alada y magnética y hambrienta, intenta sin resultado chantajear a los cocineros para que le pasen una friturita. Saca de su bolso el libro y para distraer el hambre nos alimentamos de poesia. No funciona, pero lo pasamos bien. Leemos y nos reímos. Suena Javier Ruibal.

Aburrimiento

Lo sabes:
no esperes más que conversaciones intelectuales
citas de café
películas de al lado
a veces planes en los que me sumas y multiplicas
y yo me dejo multiplicar y crecer
pero no paso mis fronteras
ni permito que tú invadas mi territorio de sueños.
Si conoces mis pesadillas
algunos de mis poemas y mi alguna que otra pena
no creas que me has tenido.
Me dejo llevar
simplemente.
Es muy aburrido estar sola.


Fue una buena cena. Salimos a la calle y fuimos al Cocodrilo a ver un espectáculo cómico, tomar unos tragos, estar con quien quieres y cantar viejas canciones de cantantes lloricas. Acabamos tarde, felices y con ganas de arrancarle el sueño a la noche.

Una buena noche, la última que pasé en La Habana.

No compramos los libros en esta librería, pero para ilustrar sirve.

3 comentarios:

VITALIA dijo...

Que lindo alimentar el alma de semejante manera!Me diò ganas de pasar por aquellos lugares que describes. Quisiera ser viajera de lugares y de libros, pero todavia no me decido, quizà me autoboicoteo, dejando que mis sueños queden sòlo en la esfera de los deseos insatisfechos. Pero algún día me decidirè,poqruè no, y quizà me encuentres en algún poema de aquellos.
Muachas gracias por pasar por mi recoveco y alentarme sin conocerme aún. No me molesta que me esctiban largo y tendido, al contrario! Muchas gracias de verdad.
Te dejè un comentario en mi blog como respuesta.Encontrè en vos mucha comprensiòn y respaldo, un alma llena de arte que comprende de lo que hablo.
Un beso y me pasearè por aquí. Me gustò mucho. Hay un sabor especial a disfrute de las pequeñas cosas, de los momentos junto al otro, la literatura de la buena, los lugares tan bien descriptos que estuve alli...
Saludos!

Anónimo dijo...

BENVINGUT!
Quin luxe, tornar a trobar les teues paraules. I ara tenen que tenen gust de rom i de Malecón i de son i tot això tan exòtic i llunyà... les assaboriré poc a poquet.

Libélula dijo...

Jorge, es fabuloso poder conocer La Habana a través de tus anécdotas.

Los poemas me parecieron sencillamente riquísimos, me he quedado con hambre de más.

Y gracias por dejarme viajar a través de ti.

Besos