miércoles, 30 de junio de 2010

Lecturas

Lucia, amiga librera, bloggera y sexi
Gracias por la foto.

martes, 29 de junio de 2010

¿Te he engañado alguna vez?

- Ahora no puedo comprarte este libro de los Gormiti, pero te prometo que si te portas bien este verano te lo compro.
- ¿Seguro?
- Pues claro, ¿acaso te he engañado alguna vez?
- Pues, hombre, papá, así a bote pronto te diría que el tema de los Reyes Magos, que ellos lo ven todo y lo saben todo y lo escriben todo, Papá Noel, el Ratoncito Pérez, el Ángel de los dientes, lo de que las matemáticas son divertidas, que si la cigüeña, el repollo y todo eso, lo que de que si pruebo las judias me gustarán, lo mismo con las acelgas y la coliflor, lo de que el abuelito se ha convertido en una estrella, que la abuelita ahora es una hada, que el otro abuelito se ha ido de viaje de negocios, que si no me lo como todo no me levanto de la silla, que si veo mucho la tele se me caerán los ojos, que si me toco la pichilla se me caerá también, lo del azúcar y los dientes, lo del hombre del saco y el coco, lo de ir al zoo si saco buenas notas, lo de esperar tres horas después de comer para meterme en la piscina... ah, sí, lo de los matones del cole, que en verdad ellos tienen más miedo que tú y que son unos cobardes y todo eso, que la profesora no me tiene manía, que al llamaros por la noche para que me acompañéis al lavabo estoy despertando y molestando a mis juguetes, que si dejo mis juguetes a los niños en el parque, ellos me los dejarán a mí, que si me porto mal el niño Jesús llora, el mismo niño Jesús, que si no me gusta el fútbol no pasa nada y no soy un bicho raro, que si leo tanto me voy a volver loco, que si digo mentiras me crecerá la nariz, que...
- Vale, vale, vale...
- Así que por todo eso, por nuestra relación de padre e hijo, por la residencia que tendré que escogerte yo, te pido que respetes mi inteligencia, olvides que tengo ocho años y por una vez en mi vida me digas la verdad. ¿Me comprarás el libro de los Gormiti?
- No.
- ¿Tanto te ha costado? Aunque no te lo creas, los niños podemos soportar la verdad. Eso sí, nadie te va a librar de la rabieta que me va a dar en cinco, cuatro, tres, dos, uno...

domingo, 27 de junio de 2010

Al salir del restaurante

A Cesc y Silvia

Tanto hablar, tantas palabras y tanto escuchar.
Y al final a lo único a lo que nos tiraremos será a la fuente.

Nota del autor: dije que lo haría, chicos.

jueves, 24 de junio de 2010

Cosas que hice y que no hice ayer

Lo que hice

Salir del trabajo a la hora en punto.
Antes de salir del trabajo, coger tres novelas para pasar estos días de vacaciones.
Alegrarme porque tengo puente.
Llegar a casa y preparar cena para uno. Risotto de champiñones.

De sobre

Añorar a A. Ella trabajaba.
Leer una muy breve novela para niños sobre gatos y pintores en el barrio de Montmartre. Me sirve para constatar que Roger Olmos dibuja gatos como pocos y que jugar es de lo más importante para crear.

Si es que es un cabrón. Dicho con cariño, eh.

Estar leyendo mientras cocinaba.
Quemarme con el aceite que saltaba.
Seguir leyendo mientras cocinaba y el aceita me saltaba.
Empezar una mala novela de ángeles.
Preparar la mesa para cenar.
Cenar.
Leer mientras cenaba.
Recoger la mesa y fregar los platos.
Pensar como seguir leyendo mientras recojo la mesa y friego los platos.
Desestimarlo.
Sentarme en la butaca para leer.

Tantas horas de lectura, tanta páginas pasadas, tanto café ingerido y tantas cabezadas dadas.

Leer.
Cagarme en los que tiraban petardos y chillaban justo debajo de mi ventana.
Leer hasta quedarme dormido.
Irme a la cama. Leer un poco más y dormir.

Lo que no hice

Tirar petardos. Los odio.
Ir a una playa a contemplar una hoguera. Igualada no tiene playa.
Beber cava.
Beber alcohol en general.
Empezar una buena novela de ángeles.

El típico quiero y no puedo o como estar por la página 150 y tener la sensación de no haber pasado de la 50.

Hacer uno de esos rituales de San Juan. En concreto el de Como llamar la atención de la persona amada y que consiste en:

"Ves al lugar donde se encuentra la persona amada a la que quieres llamar la atención. Desnúdate. Píntate de rojo. Métete en la boca un gallo vivo y úntate el escroto con miel. Una vez sientas que la miel se escurre por las piernas, aguanta una manzana de caramelo entre las rodilals y pon en tus sobacos dos erizos de mar sin despuar. Súbete en una mesa donde halla muchas abuelas que se escandalizan por nada y que este cerca de la persona amada y baila tap dance al ritmo de Bob Marley. Si haces todo esto conseguirás llamar la atención de la persona a la que amas. Palabrita de niño Jesús."

Claro que sí, machote. Tú sí que llamarás la atención.

Levantar y dominar a los muertos. Pero sigo jugando.
Dejar algo de helado de mango para después o para otro día o para otra persona. Me lo comí todo, todo, todo.
Encender la tele.
Encender el ordenador.
Bailar desnudo por el piso con una escoba.
Bailar desnudo por el piso con una fregona.
Bailar desnudo por el piso con un gallo.
Bailar desnudo.
Acostarme tarde.
Tener sueños agradables.
Pensar qué escribo mañana en el blog.
O si escribo.

miércoles, 23 de junio de 2010

Sobre el álbum ilustrado una reseña de indignación

Indignación por un motivo muy simple. Ayer por la noche se hizo la entrega de la XI edición de los premios Llibreter que otorga el Gremio de Libreros de Catalunya. Son tres premios, novela catalana, novela extranjera y álbum ilustrado. El que esto escribe ya lleva dos ediciones como miembro del jurado de álbum ilustrado. Nos reunimos un grupo de gente, discutimos amablemente, vemos álbumes, nos lo tomamos en serio, tomamos decisiones y cuando hay un ganador, aunque algunos prefieran a otro, se hace un frente en común y ya está. Pues bueno, mi indignación es la siguiente:

El desprecio y ninguneo que los medio de comunicación otorgan al premio de álbum ilustrado.

En los diferentes periódicos que hoy he consultado (El Periodico de Catalunya, La Vanguardia, Qué, La Razón, Avui, etc.) se hacían reportajes más o menos amplios sobre el Premi Llibreter, pero casi en exclusiva a la categoría de novela. Se incluía fotos y entrevistas a los ganadores. Se loaban las virtudes de las obras ganadoras (Maletes Perdudes de Jordi Puntí publicada en catalán por Empúries y en castellano por Salamandra, y Olive Kitteridge de Elizabeth Srout publicada en catalán por 1984 y en castellano por El Aleph) y se decía que que guay que es todo y qué majos que somos.

¿Y el premio de álbum ilustrado? Pues bueno, eso se despachaba con una simple frase: el premio de álbum ilustrado ha sido para La noche estrellada de Jimmy Liao editado por Barbara Fiore. Y ya está. Ni foto, ni resumen del argumento, ni opinión del jurado, ni entrevista a la editoria, ni al autor menos, claro, ni nada de nada. ¿Por qué? ¿Por qué unos son tan importantes y el otro no?


Bueno, son sólo dibujitos, ¿no? Y, además, es algo infantil, ¿no? Y no tiene mucho mérito comparado con escribir una novela, ¿no? Y los medios de comunicación no tenemos ni puñetera idea de lo que es eso, ¿no? Quiero decir, ¿importa a alguien? ¿Y esto por qué pasa? ¿Por qué hay tan poco eco? ¿Por qué los que nos dedicamos al álbum ilustado, a la literatura infantil y juvenil, a la literatura de género, nos sentimos tan sólos?

Creo que una de los primeros prejuicios que existen es la identificación de álbum ilustrado con género infantil. Y, ya se sabe que todo lo relacionado con lo infantil tiene menos prestigio (a no ser que tenga alguna subvención, lo patrocine TV3 o lo dibuje Jordi Lavanda). Todo hemos oído eso de "es demasiado infantil" o "para ser algo para niños no está mal". Para un adulto, de entrada, lo que suene a intantil tiene una connotación algo peyorativa y se tiene la tendencia de tratarlo con... digamos, condescendencia.


Pues, bueno, esa correspondencia es errónea. Asimilar que el álbum ilustrado es cosa de niños es equivocarse. Y afirmarlo de forma categórica como me he ido encontrando es ignoracia. El álbum ilustrado es infinito y permite el abánico para todos los públicos. Álbum ilustrado para niños, para todos y exclusivamente para adultos. Es la grandeza del genero. Como lo que pasaba en el mundo del cómic hasta hace poco que alguien inventó el término "novela gráfica" para los tebeos largos. Entonces, de repente, se levantó una consideración hacia el noveno arte (supongo que es casualidad que aparezca la palabra "novela"). Quizá para el álbum ilustrado tengamos que buscar algo parecido.


Pero, claro, poco puede hacer el libro con dibujitos frente al prestigio de la novela. Una anécdota personal. Cuando me ofrecieron por primera vez ser jurado del álbum ilustrado mi entusiasmo y la ilusión que me hacia me llevaron a compartirlo con uno de esos clientes que entran en la librería cargados de cultura y sapienza. Le comenté que me habían pedido ser miembro del jurado y me dijo que qué bien, qué chulo y que tendría que leer muchas novelas.
- No, del de novela, no. Jurado del premio de álbum ilustrado.
- Ah, el de los niños. Qué pena, ¿no?

Pocos discuten ahora que la novela puede considerarse un arte. Que una novela puede compararse con la Capilla Sixtina o la Novena Sinfonía (y, bueno, dependiendo siempre del género de la novela, claro, pero eso sería otro debate). ¿Y un álbum ilustrado? Bueno, ese debate sigue abierto. Se sigue discutiendo si Donde viven los monstruos, Pequeño azul, pequeño amarillo o El árbol rojo se pueden considerar arte. Incluso se discute si se deben considerar desde una perspectiva pictórica. Bueno, el mismo debate en el que se encuentra el cómic desde que nació.



Supongo que también se debe al hecho de que este país nuestro (al que podéis llamar como queráis) no tiene una verdadera cultura ni del álbum ilustrado ni llanamente pictórica. No voy a comparar con otro países, pero como librero puedo constatar que la venta de álbumes ilustrados es dura y difícil y que su valoración ya no digamos. "Quiero un cuento de verdad", "Esto no se entiende", etc. Las ventas que yo hago es a convencidos y los que no, pues es una venta uno a uno. Hago pedagogía, enseño a mirar la ilustración, a mirar el texto, a ver la danza que se establece entre los dos, etc. No percibo un prestigio del dibujo o de la ilustración. No se enseña a ver. Y si no que la mayoría recuerde cómo le enseñaron historia del arte en el instituto. ¿A alguien le enseñaron a ver un dibujo, un cuadro o una ilustración? ¿Alguien recuerda que en arte del siglo XX se mencionara a Leo Lionni o Maurice Sendak?


No sé si me estoy explicando. Lo que se me da bien son las tontás, y cuando me pongo serio me aturullo y tengo la impresión de que no me sé explicar. Básicamente es que estoy de rebote y me sorprende la ignorancia y el desprecio que conceden los medios de comunicación a este premio y a todos los que se otorgan de ilustración en esta cosa que llaman país. Y creo, además, que por nuestro bien como lectores debemos empezar a aprender a leer bien los dibujos.


Porque la lectura de un álbum ilustrado puede ser tan rica que la de una novela porque conjuga dos habilidades: leer bien y ver bien. Saber leer y saber ver.

Y poseer esas dos habilidades nos hace mejores personas.

domingo, 20 de junio de 2010

Algunos anuncios

Primero: el blog que anuncié hace algunos días de literatura juvenil y fantástica ya está en marcha y a toda máquina. Aunque lleva días en la lista de blog, ahora hago la presentación oficial y oficiosa. La dirección del blog es la siguiente:


Lo sé, no me he roto mucho la cabeza pensando un título, pero me gustan las cosas claras, el chocolate espeso y los libros buenos. Si os queréis pasar, adelante. Si os interesa la literatura juvenil tened en cuenta que con el tiempo mi blog se convertirá en uno de los imprescindibles. Si no os interesa, bueno, hacedme una visita de vez en cuando y decid que está todo muy mono y muy bonito. Con eso estaré feliz y contento.

Segundo: y hablando de blogs, decir que A. ha abierto uno donde irá colgando sus dibujitos, sus proyectos y todo eso. La dirección es la que sigue:


Así que todo el mundo ha visitar, a hacer encargos, a dar trabajo y pagarlo que A. tiene que hacerse conocida pronto y retirarme. Tengo ganas de vivir mi sueño de ser el señor de...

Tercero: ya no fumo. Lo he dejado. No hace cinco minutos, sino hace tres semanas. Estoy contento y orgulloso. He calculado que a un paquete diario me he ahorrado estas tres semanas... pues... sesenta y nueve euros que se dice pronto. Vamos, un montón de libros, cafés, discos o entradas al cine que no se han convertido en humo. Pero, ¿lo he dejado por el dinero?, ¿por la salud?, ¿por una apuesta?, ¿por una promesa a algún santo? No, lo he dejado por aburrimiento. Es que ya no le veía la gracia. Me aburría. ¿Que si tengo ansiedad y cosas de esas? Pues no, la verdad es que cuando decido una cosa, pues está decidida y no hay vuelta de hoja. Mi cerebro lo acepta y a la mierda la ansiedad y las ganas y cosas de esas. Como estaba decidido...

- En eso tienes razón, y eso viniendo de nosotros que te despreciamos es mucho.
- ¿En qué?
- En que cuando dejas una cosa, la dejas.
- Sí, ¿os acordáis cuando dejo de golpearse los genitales con una caña astillada?
- Chicos... no hace falta que menci...
- Sí, estaba superenganchado y al final, cuando sus testículos estaban morados y a punto de desprenderse...
-Chicos...
-... dijo, lo dejo. Y pam. Lo dejo.
- O cuando se dedicaba a vestirse de jirafa y se metía en los vestuarios de los gimnasios para monjas de clausura imitando a Bud Spencer imitando a Chiquito de la Calzada y pensábamos que los perdíamos.
- O aquella etapa que le dio por el cine español.
- Calla, calla.
- Resumiendo, que sí... que cuando puedes, puedes. Estamos orgullosos de ti.
- Gracias. Hijos de puta.
- Gilipollas.

Así que en una semana de nada volveré a saborear las cosas y el recuerdo de que la comida sabe a cartón ahumado se ira perdiendo poco a poco. Si es que soy un machote.

Cuarto: que me he enterado que hacen futbol y que se está jugando el mundial no se donde. ¿Va en serio? Algo debí sospechar cuando llegó a la libreria un cómic de Mortadelo que se va al mundial de no recuerdo donde y vive sus consabidas aventuras. Pero no, ni se me pasó por la cabeza. Lo que hace no ver la tele.

Quinto: lo peor de hacer un inventario no es que no cuadre. Lo peor es que no cuadre, el error venga de las pistolas inalambricas y que para corregir ese error haya que volver a repasar cada libro uno por uno para subsanarlo. ¿Nombre técnico de esto? Una enorme y sanísima putada.

sábado, 19 de junio de 2010

Malos de cuento

"Le he dicho que me vuelve loco su olor. He brillado en la luz, he bailado con los árboles, he pegado saltitos, me visto como un modelo anoréxico y pongo ojos de yonqui en la cola de la metadona. Todo eso y más que quiero olvidar. Se ha colado lo de que soy virgen, que aún conservo algo de humanidad y que la quiero a ella y no a su sangre... Vale, he llorado, me he mostrado sensible, la he tocado y nos hemos mirado a los ojos durante seis largas horas. Vale... ha llegado el momento... ahora que nos hemos casado entro y la muerdo, le desgarro el cuello, me bebo su sangre, despedazo su cuerpo y se lo doy de comer a los cerdos.

Joder... gracias a esas mierdas de novelas lo tenemos más fácil para conocer chicas, pero el trabajo que nos cuesta alimentarnos de ellas no sé si lo compensa."

martes, 15 de junio de 2010

domingo, 13 de junio de 2010

Hoy domingo...

... cuando me he despertado y he recordado el plan que teníamos he hecho mentalmente esta sencilla ecuación:

+ =

Pero debo reconocer que al final no ha sido así. Si es que a veces, sólo a veces, soy un exagerado. Eso sí, los enormes hinchables con enorme boca que cuando te subes hay que deslizarse por un enorme tobogan de techo estrecho y donde casi no se ve la luz, no me gustan.

sábado, 12 de junio de 2010

De excursión a BCN para quedar para dormir

Ayer tuve que ir a Barcelona. Con A. Fui a Barcelona con A. Al Hospital Clínic. ¿Motivo? Primera visita con el médico del sueño para valorar la posibilidad de hacerme una prueba somnífera. También conocida como polisomnografía.


A las nueve y media salimos para allá con alegría en el cuerpo, nervios en el estómago, lluvia en el ambiente y autobús en la carretera. Durante el viaje no ocurrieron incidentes remarcables salvo las cuatro (¿o son cinco?) paradas en Esparraguera, las conversaciones tan poco interesantes del resto de los pasajeros, la monotonía del paisaje, las carreras con el autobús de la competencia, la excursión por territoria canibal y el parto de las señora en el maletero. Llegamos a Barcelona. Parada de María Cristina. Tenemos una hora. ¿Qué, vamos andando? Vamos. Por el camino me parece ver a Bárbara (una chica guapa con una diadema azul), pero no me detengo para comprobar si es ella (más tarde me entero que sí es ella y me arrepiento de no haberla saludado y haberla conocido por fin en persona).

Llegamos al Hospital Clínic. Café con leche en bar cutre de la hostia. Nos perdemos. Nos encontramos. Nos volvemos a perder. Nos encontramos y encontramos dónde tenemos que ir. Llegamos. Cuarta planta. Mostrador de pneumología. Me preguntan nombre y todo eso y me da unos papeles.
- Relleno esto. Allí tiene bolígrafos. Ya le llamarán.
Nos sentamos. El chico que está sentado delante no hace otra cosa que mirar a A. Es que es muy guapa y claro. Relleno el cuestionario. Hay una página sobre si estoy triste y pienso cosas malas. Una en concreto es si estoy más tenso y nervioso de lo habitual... bueno... como hace dos semanas que no fumo pues supongo que sí, pero, claro, no cuando valoraba. Vamos que al final relleno el test de la tristeza y sale que soy la Bratz morena. El segundo test es sobre habitos de sueño. Opciones 0, 1, 2, 3. Marco un uno, 2 tres y un montón de doses (luego en la consulta me fije que el médico me puntuaba 16/25. Espero que eso quiera decir que de las princesas Disney soy Jasmine). Veo a un chico que lleva un manual de rol y me arrrepiento de no haber traído los dados. Podríamos haber echado una partida para matar el tiempo. Al final me llaman. A. entra conmigo.

- Buenas.
- A las buenas de dios.
Hay un chico en la consulta junto con el médico que durante el resto de la visita sólo tomará notas, mirará a A. y se reirá de lo que digo. El médico no sonríe en ningún momento. Dudo si se autoextirpó el sentido del humor para ser más profesional o tiene una sobredosis de House. Empiezan las preguntas. Que qué me pasa, que si duermo, que si no duermo, que como, que si sólo o acompañado. Y, entonces, empezó. Que si cuánto peso, que si cuánto mido, que si estudio o si trabajo. Dios mío... ¡mi médico estaba intentando ligar conmigo! ¡Y delante de A.! ¡Y delante de un chico que tomaba notas! ¡Pero esto qué es! Como me pregunte mi signo del horóspoco (escorpio) me cojo a mí mismo, a A. y un boli y me largo. Vamos si me largo. Que yo soy muy decente. Pero no. Que si a qué se debe lo del sueño, que si duermo mucho, que si picos por las noches (me sonó mal, la verdad), que si puede deberse a un exceso de comidas, o a un exceso de sexo.

Y fue en ese momento cuando me quedé en blanco.
- Rápido, rápido.
- ¿Qué ha pasado?
- No computable. No computable.
- ¿El qué?
- El cerebro de Jorge se está saturando... ha entrado una información no computable e ilógica y está intentado analizarla.
- ¡Pero si no sabe analizar!
- Por eso.
- ¡Dios mío! ¡Desalojen el cerebro!
- Las mujeres, los niños y los escritores y actores cómicos primero.
- ¡Sólo hay un bote!
- ¡Vamos a morir!
- No se le puede decir exceso de sexo a Jorge. No es computable.
- Es como decir... demasiado chocolate, violencia gratuita, sexo gratuito, demasidos monstruos, político honrado. No consigue procesar esa información.
- ¿Qué podemos hacer? Va a explotar... ¡La válvula va a explotar!
- Un movimiento reflejo.
- Sí.
- Puede funcionar.
- ¿Adelante?
- Sí.
- Va...
-...
-...
-...
Movimiento involuntario de negación.
- ¡Nos hemos salvado!
- ¡Bravo!
- Abandonad los saqueos... el cerebro de Jorge se ha salvado.

Seguimos con la visita para concluir que un día de los próximos meses tendré que ir al hospital... para quedarme a dormir... para que me enchufen un montón de cables extraños y me analicen el sueño... un montón de desconocidos mirándome dentro del cerebro... ¿Por qué de repente me han venido a la cabeza aquellas malas novelas de médicos de Robin Cook? ¿Por qué pienso en la serie de Lars von Trier de The Kingdom? ¿Por qué recuerdo ahora aquella película de los setenta que se llamaba Coma? ¿Por qué me viene a la cabeza esta imagen?


Y que me levantaré por la noche en el hospital, me arrancaré los cables del cuerpo y semidesnudo recorreré con mi tanga y mi ceñido top los pasillos del hospital viendo a los pacientes abandonados a su suerte en sus camas, recorriendo ciegos el vestíbulo del hospital, saqueando los depósitos de sangre, sintiéndome cada vez más sólo y más asustado hasta que me encuentre con


y tenga que correr y huir y luchar por mi vida en un ambiente hostil repleto de drogas. Y con sueño, no te jode. ¿Dónde me he metido? ¿Dónde me he metido? ¿Y por qué tengo la impresión de que a partir de ahora empezaremos a leer en este blog un montón de historias conspiparanóicas sobre hospitales, robo de órganos, experimentos prohíbidos y falsas leyendas urbanas? ¿Por qué, eh?

Total, que me dijero que me ingresarán para ver como duermo. Que ya me llamarán y adiós muy buenas y aquí paz y después gloria.

Salimos del hospital y nos fuímos a tomar un cortado antes de subirnos en el metro. El metro... no sé si lo he comentado alguna vez, pero además de presunto narcolépsico, soy claustrofóbico. Sí, y ayer con tanta gente en el metro, con el calor y todo eso pues que casi tengo un ataque de ansiedad. Si es que hay que joderse... suerte que A. estaba conmigo y me tranquilizo diciéndome que no pasaba nada. Aunque seguro que cuando me ingresen en el hospital y se despierten los zombis acabaré encerrado en el sotano. Si es que será así, no tengo suerte. Llegamos a destino. Paseamos por la calle. No volví a ver a Bárbara. Nos comimos unos bocadillos y volvimos a Igualada con tiempo para recoger unos libros, tomarnos otro café e ir cada uno a su tarea; yo para la librería, A. en el bar con una novela de George R.R. Marin pasando tan ricamente la tarde.

miércoles, 9 de junio de 2010

Sobre los prejuicios

Una de las definiciones que el diccionario da de la palabra prejuicio es la siguiente: Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.

Todos tenemos prejuicios. Es normal. Y no pasa nada. Todos juzgamos algunas cosas sin conocerlas, sin haberlas visto o escuchado. Incluso a las personas. Imaginad que vais por la calle cuando ha oscurecido. Una sutil neblina empieza a ensuciar las calles de la ciudad donde vivís. Es tarde. Llegáis tarde a una cita y para acortar camino decidís tirar por esa calle oscura con las farolas rotas a pedradas y el perro muerto colgando de una señal de stop con la lengua fuera y miradita de yo sólo quería un amigo. Caminas oyendo sólo el sonido de tu respiración, el fru-fru de los pantalones rozándose la pernera, las proféticas letras de una canción que vuela por los aires Dale, duro, papi, dale más duro. Un ruído terrible a tus espaldas. Tranquilo, sólo es un gato ciego que ha chocado contra un cubo de basuras... o se ha pillado la cabeza contra un contenedor de basuras... o le han pillado la cabeza con un.... bueno, da igual. Al volver la vista al frente te encuentras a dos palmos de...


¿Y qué es lo primero que piensas?

- ¡Dios mío! ¡Un psicópata asesino que me quiere matar!

¿Ves? Prejuicios. Es un prejuicio. Porque...

1. ¿Quién nos dice que es un psicópata asesino? Puede ser un tipo que iba a una fiesta de disfraces y se ha perdido. Puede ser un tipo que va a una despedida de soltero de un amigo. Puede ser un tipo que va a una despedida de soltera para hacer un striptease a una novia adicta al cine de terror de los ochenta. Puede ser una mujer. Pueden ser dos mujeres bajitas una encima de otra. Puede ser una proyección de tu mente perturbada.

2. En el caso de que sea un psicópta, ¿por qué tiene que ser un psicópta asesino? Puede ser canibal, o taxidermista, o despellejador, arrancaojos, comeriñones, metesustos, etc. A lo mejor ni siquiera es un psicópata, sino que es algo ocasional, o anecdótico, o una apuesta.

3. Me quiere matar... A lo mejor no. A lo mejor no eres su tipo. A lo mejor sólo mata a muchachas jóvenes que le recuerdan a su hermana y trabajan de canguro. O a señoras mayores que le recuerdan a su madre. O a señoras de mediana edad aficionadas a disfrazarse en su casa de Carmen Miranda y jugar al stripscrabble. O a tipos. A hombres hechos y derechos que se encierran en los lavabos de su casa a ver viejas reposiciones de Candy, Candy y llorar como unos desesperados. O a lo mejor solo mata chimpancés. O cobayas. O críticos de cine. O franceses.

Lo que quiero decir es que sería mucha casualidad encontrarse un psicopata asesino que encima quiere matarte a ti. Prejuicio. Y el prejuicio va acompañado, como acabo de demostrar de forma irrefutable, con el egocentrismo. ¿Y qué es lo que siempre acompaña al egocentrismo? La verdad absoluta. ¿Y qué es lo que más producen los poseedores de la verdad absoluta? Prejuicios.

- Guau.
- ¿Qué? ¿Qué os ha parecido?
- Increíble.
- Si hasta está argumentado.
- ¿A qué soy listo?
- Tendremos que empezar a cambiar el concepto que tenemos de ti.
- Pues esto no es nada, preparaos.

Ahora es cuando viene el caso, lo concreto de la entrada. Así que os aviso de qué va a ir esto para que no os sintáis defraudados. Va de libros. Como oís. No voy a soltar una gran reflexión sobre la sociedad actual, ni la crisis de valores, ni la falta de metafísica de los jóvenes, ni nada de todo eso. No me haré eco de alguna noticia, de algún ejemplo de prejuicio racial o sexual o religioso. No. Todo eso lo dejo para los blogs de personas listas que piensas en cosas importantes y utilizan palabras con corbata. No, aquí vamos con libros.

De un tiempo a esta parte prácticamente todo el tiempo de lectura del que dispongo lo utilizo para leer literatura juvenil. Personas me preguntaban por qué leía títulos como Embrujo, Mala bruja nunca muere, El poder de las tinieblas, Invocación, etc. Y siempre contestaba lo mismo, es el trabajo, tengo que estar enterado, etc. Hasta hace poco que al fin admití para mí y para el mundo algo muy importante: me gusta esa literatura. Y añadiría más, me gusta mucho esa literatura. Y añadiría más, me gusta mucho la literatura juvenil fantástica contemporánea con portadas de medias caras femeninas. Ya está dicho. Y para llegar a este punto he tenido que vencer mis propios prejuicios hacia ese género. Me explico.

A la edad de dieciseis/diecisiete años dejé la literatura juvenil para pasarme a literatura "adulta". Me volví ligeramente pedante
Si sólo fuera ligeramente...
y me llene de prejuicios. Empecé con todos esos discursos contra la literatura de género, o de evasión, o comercial, etc. Todo lo que leía tenía que ser minoritario, difícil, oscuro, complicado y si era ininteligible, pues mejor. Igual con el cine (pero de esto ya hablaré en otra ocasión y de lo que supuso de liberación mental el visionado una gloriosa noche de Parque Jurásico III). Conforme fui creciendo y madurando y mejorando con la edad, me fui volviendo más inteligente
Ja
y empecé a darme cuenta del error que estaba cometiendo con mi vida y mi crecimiento intelectual si mantenía todos esos ridículos prejuicios contra la literatura de género, por ejemplo. Fui consciente, por ejemplo, que Dashiell Hammet era bastante mejor escritor que Hemingway, pero que no era reconocido porque escribió toda su vida novela negra. Que algunos de los mejores escritores de este siglo (Raymond Chandler, Frederick Brown, por ejemplo) lo son dentro de géneros muy concretos. Que popular no era sinónimo de malo. Que en la literatura de evasión no había nada malo y mucho bueno y que me perdería muchas cosas buenas si no limpiaba mi mirada de prejuicios y estupideces. Eso decidí y eso hice.

Y poco a poco lo he ido haciendo. Me he limpiado los ojos. Y ahora estoy derribando otro prejuicio que mantenía con la literatura juvenil. ¿Y cómo lo he hecho? Pues leyendo libre. Sin ideas preconcebidas. Valorando la obra por ella misma. Por lo que pretende y lo que consigue. Para qué aspira y a dónde llega. Porque si uno se quita tantas tonterías pseudointelectuales de encima, descubre cosas maravillosas que hubiesen pasado desapercibidas. Por ejemplo, ahora se lleva mucho la literatura juvenil con narrador femenino y elemento sobrenatural. En estos momentos das una patada a una editorial y te salen quince títulos de estos. Los hay para todos los gustos: vampiros, zombis, hombres lobo, ángeles, ángeles oscuros, fantasmas, espíritus, franceses, cobradores de seguros, etc. Las portadas se parecen todas.



y si uno lee los resúmenes de la contraportada se encuentra con historias parecidas que responden al esquema:

Chica más bien pava conoce un día en la clase de biología de su instituto a un chico callado y misterioro con pinta de atormentado que oculta un secreto que hará tambalear la tranquila vida de ella. Ella es tonta y guapa, él es tonto y guapo y misterioso.

Todas se parecen. Craso error. Estoy leyendo mucha literatura juvenil de estas de portadas oscuras y me doy cuenta de lo equivocado que estaba. Sí que hay mucha morralla y mucha mala novela (por ejemplo, todo lo de la Meyer), pero también me encontrado con novelas entretenidas, con buenas novelas y con alguna muy buena. Pero mucho.

Y para hablar bien de todo esto he decidido abrir otro blog dedicado exclusivamente a la literatura juvenil fantástica. Para dar a conocer grandes títulos y para divertirme. En unos días estará abierto y se os informará debidamente.

Gracias por aguantar este rollo.

domingo, 6 de junio de 2010

Las novedades literarias para este junio: amores, venganzas, leprosos.

Ya estamos en junio. Como dice la canción, el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos*. Junio, mes de Juno, el mes donde el sol alcanzará su punto más alto y donde después iniciará su lento descenso hasta sumirmos en las frías, solitarias y amenazadoras sombras del invierno. ¿Y qué mejor para soportar la idea de los fríos por venir que una buena selección de la mejor literatura que podéis encontrar en vuestra librería habitual? Y, hoy, aquí tendremos un poco de todo. Empecemos.

La Caperucita Roja de tetas grandes, Charles Perrault, ed. Planeta junior, 2010.
La Caputxeta Vermella de grans pits, Charles Perrault, ed. Planeta junior, 2010.

Esta ya clásica editorial de literatura infantil recupera los textos originales de los cuentos de toda la vida, pero enfoncándolos para que sean una lectura compartida entre padres e hijos. Estudios que nadie sabe quién ha hecho y que a nadie les importa, demuestran que a partir de los cuatro años los niños dejan de interesarse por los cuentos y que los padres dejan de explicar cuentos e incitan a los niños a otras muestras de hombría como escupir, rascarse los genitales delante de una monja e irse con los amigos a una pared para darse codazos mientras que con sonrisas aviesas dicen frases como "mira, mira, mira ésa", "anda que lo que yo le daba", "madre de dios, madre de dios, madre de dios". Para que no sucesa esto, para que no se produzca esta ruptura en la relación entre padres e hijos, la editorial Planeta junior ha decidido sacar al mercado una colección de cuentos infantiles que interesarán a ambos grupos.

Porque, ¿qué gusta tanto a niños de cuatro años como a señores de cuarenta? Sí, efectivamente, las tetas gordas. Así que ni cortos ni perezosos, se acaban de publicar cuentos de toda la vida con enormes ilustraciones de las protuberancias mamarias en sus protagonistas femeninas. La Cenicienta de tetas gordas, La bella durmiente de tetas gordas, El gato con botas de tetas gordas, etc. Una serie que hará las delicias de hombres, niños y fans de Russ Meyer.

Pablo Delpino, publicista de la editorial, defiende la nueva colección de los ataques que ha recibido por machista con las siguientes palabras: "No entiendo los ataques. ¿Qué si es machista? ¿Qué si resulta ofensiva? Pues claro que lo es. Nunca lo hemos ocultado. Así que no entiendo que nos ataquen o nos tilden de hipócritas cuando no lo somos. Ésta es una colección de hombres para hombres y de niños para niños donde se encontrarán lo que prometemos, cuentos infantiles con macizorras. Además, ¿qué tiene de malo? ¿No es mejor ver como padres e hijos vuelven a sentarse en el sofá para ver y leer cuentos de toda la vida? ¿Qué vuelven a estar unidos? ¿Qué leen?".

Los blandos atardeceres de mi Prusia rememorada, del Barón Friedrich von Nyewr, ed. Libros del asteroide, 2010.

Esta prestigiosa editorial recupera un nuevo clásico justamente olvidado de la literatura centroeuropea; las memorias literarias del aburrido, pedante, inócuo, cobarde y decadente Barón Friedrich von Nyewr. Una trilogía en catorce volúmenes donde le Barón hace un repaso a una insulsa e insípida vida falta de emoción, de vivencia o de interés. Con un estilo a la vez plano y sobrecargado, lleno de paráfrasis absurdas y descripciones sin gracia a las que no ayuda nada una traducción que abusa de las terminaciones en "-mente", las faltas de ortografía y los sinsentidos, esta novela consigue crear en el lector las ganas de clavarse tenedores en los ojos para aseguarse no volver a tropezar ni una sola vez con una nueva descripción del color del atardecer.

Caminaba despaciadamente por los caminos y ya no pensaba cuánto llevaba caminando por esos caminos largamente y comunmente conocidos y caminados. La Prusia anteriormente conocida por los que eran los que antes que mí venían, empazaba a desaparecer desesperadamente por los caminos de asfalto que ocultaban premeditadamente los caminos por los que caminaba yo cuando era niño, y por donde caminaban todos aquellos a los que les gustaban los caminos dulcemente trazados por los anteriores a aquellos que me precedían anteriormente a mi llegada a los caminos. ¡Qué luz tan fantásticamente luminosa la del atardecer! ¡Qué blando que era todo! Me tiré un pedo. Largamente. Olorosamente. Dolorosamente. Patéticamente. Pesadamente. Desapasionadamente.

Cerca de veinte mil páginas de lo que se suele llamar pseudoliteratura, paja mental o, como dice el gran público, una mierda. Pero, ¿qué ha dicho la crítica de esta obra?

"Una absoluta obra maestra. Su estilo zafio, rudimentario y cansino es el correlato perfecto para la desazon espiritual del protagonista, ese perfecto e insoportable sosias del autor". Babelia, El País.
"Brutal, pero de verdad. Fua..., pero qué buena, en serio". Qué leer.
"La he encontrado aburrida, pedante, innecesaria y una señora cagada en toda regla de Libros del Asteroide". La Vanguardia. Crítico despedido, abofeteado y sancionado por ser el único crítico en decir esto.

¿Y el público?
"Muy buena, sí. Sólo llevo leídas media páginas, pero es brutal." Juan, don nadie.
"Eh... sí... vamos... si la publica Libros del asteroide tiene que ser buena a la fuerza, ¿no?" Laura, estudiante de filosofía.
"Muy buena, sí, muy buena... Se la recomiendo. Sí... sí... salen vampiros. Hasta Guardiola, sale y todo". Jorge, librero.

¿Y la editorial?
"Ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja."

Amor entre jirones, Claudia del Moral, ed. Manderley, 2010.

Susan es una atractiva y resuelta diseñadora de piercings genitales a la que la vida y las entrepiernas le sonríen. Pero todo se tuerce el día que asesinan de forma innecesaria a su amgia Becky, una atractiva e independiente periodista, y recibe en su casa toda la información que hasta ese momento manejaba su amiga sobre una red de traficantes de heroína que ocultaban su mercancía en los testículos de cerdos de competición. Para protegerla, el FBI decide proporcionarle una nueva identidad y un agente guapo y macho que será el encargado de cuidar de ella día y noche, día y noche. Se trasladan a una leproseria en el hermoso estado de Maine y se hacen pasar por pacientes del atractivo doctor Rose, un sensible y atormentado médico que guarda un terrible secreto.

Claudia del Moral nos devuelve todo el sentido romántico de las leproserías de lujo y diseño y todo el ambiente sexual con el que siempre se han relacionado. Medicinas, carne desprendida, tumbas abiertas, burbujas de champan, un excitante triángulo amoroso y gran cantidad de sexo a pústula abierta. Todo esto encontrará el lector de esta fantástica novela. Nunca el Mycobacterium leprae fue tan excitante.

El secreto de Ferrandiz, Juan Pibote, ed. La factoria, 2010.

En la Galería de l'Accademia de Venecia se reúne lo más granado del arte mundial para el acontecimiento artístico del año: una retrospectiva completa del artista español más importante del siglo XX, Ferrandiz. Pero algo viene a enturbiar tan magno acontecimiento. Una sociedad secreta que se remonta más o menos a cuando las sociedades secretas no eran sociedades secretas sino club de amigos que se reunían una vez cada quince días en casas alternas, decide que ya va siendo hora que salga a la luz una serie de secretos que tienen que ver con Cristo, Safo, Confucio, Platón, Sor Juana Inés de la Cruz y Matt Groening. Se empiezan a suceder una serie de crímenes rituales por toda la ciudad de Venecia que ensucían las calles y echan a perder unos cuantos Tintorettos. ¿Quiénes son estos hombres y mujeres? ¿Qué quieren? ¿Y por qué en cada lugar del crimen aparece una reproducción de un recordatorio de navidad de Ferrandiz? ¿Y por qué el mundo parece haberse vuelto loco? Los muertos se están levantando de la tumba. Se prohíbe a nivel mundial el consume de chocolate. Los cantantes melódicos se hacen con el control de las radios independientes. Las hormigas se suicidan en grupo. Los políticos españoles llegan a acuerdos y se bajan los sueldos. ¿Qué está pasando? Solo un hombre puede investigar y solucionar esto, Laurence "Palomita" Monk, antiguo agente de la CIA, antiguo agente del KGB, antiguo reponedor en el Carrefour, antiguo contratista de obras en el levante español, antiguo amante de actrices porno, que ahora se dedica a prostituir su cuerpo como doble de codos. Y este hombre, contratado por una morena capaz de provocar una segunda resurrección a Cristo, se lanzará a una carrera contrareloj y llegará a un hallazgo sorprendente: toda la obra de Ferrandiz no es más que un enorme tapiz con los planes de Satanás para acabar con la vida humana y francesa.

Una novela trepidante que mantiene en vilo al lector y que hará las delicias de los fans de la intriga policial pseudohistórica. Un éxito de La Factoria que mantiene intacta sus señas de identidad: papel rugoso y amarillento, faltas de ortografía y argumentos demenciales. Una novela llena de secretos que engancha desde la primera página y que no deja de proporcionar sorpresa tras sorpresa. Una novela donde las palabras verósimil y credibilidad no existen. Un éxito arrollador como demuestran sus tres ediciones antes de publicarse.

*¿de quién? Premio, premio.

viernes, 4 de junio de 2010

Interdimensionalidad o el sentido práctico de la explicación más divertida

- Hace un par de días me ocurrió una cosa muy extraña.
- Dime.
- Acababa de llegar a casa. Cansado. Estaba anocheciendo y me puse a recoger un poco la ropa, me iba moviendo de un lado a otro y notaba como si mi cerebro se fuera saturando y todo estuviera pasando como a cámara rápida, pero yo estuviera a velocidad normal. Me sentía cada vez peor... más mareado y perdido y confuso y entonces, cuando parecía que no podría aguantarlo...
- ¿Qué?
- La sensación desapareció. De repente. No se fué de forma gradual, sino... así... como si nunca hubiera estado.
- ¿Y eso quiere decir?
- No sé, pero tengo la sensación de que he viajado a otra dimensión.
-...
- En serio, tengo la sensación de que he viajado a un universo paralelo, a otra dimensión y que por eso me sentía de esa forma.
- Venga ya.
- En serio, creo que soy otro Jorge que ha suplantado al Jorge de tu dimensión.
- Supongo que no puedes pensar que tu cerebro sencillamente se reajustó... no sé, algo con su química. O que estabas cansado y tenso y, mira, te relajaste de repente. No, tienes que pensar que te has movido de dimensión.
- Es que tengo la sensación de que es así. Fue muy extraño. Como si acabara de llegar a un sitio. Llevo un par de días buscando variantes.
- ¿Variantes?
- Sí, algo que confime que he viajado a otra dimensión, muy parecida a ésta, pero diferente en todos los sentidos.
- ¿Por ejemplo?
- No sé... que el presidente sea otro, que aún exista la Unión Sovietica, que las personas se reproduzcan por huevos, que no se extinguieran los dinosaurios...
- Creo que me habría dado cuenta de todo eso.
- No, porque para ti sería normal. Sería tu dimensión. Es como si me dijeras que llueven franceses. Para mí sería raro, pero para ti sería normal salir a la calle y que empezaran a caer franceses del cielo y se estrellaran contra el suelo. La gente estaría preparada para esa eventualidad climática. Dirían, otra vez llueven franceses, estúpido fenómeno metereológico... pues vaya, anda, saca el paragüas especial para cuando llueven franceses... no sé... ¿me entiendes?
- Ya, como lo de los zombis.
- ¿Qué zombis?
- Joder, Jorge, lo de los zombis.
- ¿El qué?
- Los zombis. La invasión. Joder...
- ¿Me estás diciendo que hay una invasión zombi?
- Controlada... un día empezaron a levantarse los muertos y eso, pero con la calma. Se levantan poco a poco y nos lo cargamos poco a poco... eso sí, de vez en cuando pues hay una plaga y los vecinos tenemos que salir con palas y hachas...
- ¡Joder! ¿En qué dimensión he caído?
- Es broma, Jorge. ¿Pero lo dices en serio eso de viajar a otra dimensión o universon alternativo?
- Sí.
- ¡Venga ya!
- ¿Y sabes qué? Tengo la prueba definitiva.
- ¿Ah sí?
- Sí, y no me refiero a faltas de ortografía en un cartel electoral. No, algo contundente y definitivo.
-¿...?
- Los libros.
- ¿Qué libros?
- Los libros. Mira la foto.


- ¿Lo ves?
- ¿El qué?
- Nunca ordeno los libros así.
- Nunca ordenas los libros. Los amontonas.
- Lo que quiero decir es que siempre pongo la saga de Martin junta, nunca separada separada. Primeros los de Lauren K. Hamilton, luego el de Tim Powers y luego los de George R.R. Martin. Mira. Así.


- Ya.
- ¿Lo ves? Es la prueba definitiva de que he viajado a otra dimensión.
- Ajá... Y no podría ser, no sé digo yo, que sin querer cuando estaba la otra mañana ordenando los libros, sin querer digo, desordenara esa estanteria.
- Ya... es posible, pero como explicación es demasiado...
- ¿Lógica?
- Sí, quiero decir... es demasiado fácil y poco...
- ¿Divertida?
- Sí.
- Ya te voy conociendo.
- Es que... ¿por qué no puede ser? Cuando pasan cosas extrañas a nuestro alreredor o inexplicables siempre tendemos a darle una explicación que sea lógica, que tenga sentido, que sea coherente... pero es más divertido buscar otras explicaciones. Eso hace que la vida sea más divertida.
- Ya... como que las piramides las construyeron los extraterrestes, que la gravedad no existe, que en las cloacas de nuestras ciudades vive una civilización de hombres rata ucranianos, que Igualada la fundó Ramsés II, o que puedes viajar en el tiempo.
- Es que puedo viajar en el tiempo.
- Ya... viajar en el tiempo... No solo te mueves entre dimensiones, sino que además viajas en el tiempo.
- Exacto. Y puedo demostrarlo.
- ¿A sí?
- Sí. Mira la entrada de este blog de 16 de noviembre de 2008.

Damos un tiempo para visitar esa entrada.

- ¿Qué te ha parecido?
-...
- Estás sin palabras, ¿verdad? Normal. Ya lo ves. Me dejé un mensaje del futuro.
- Lo has escrito tú.
- Sí, pero era otro tú. En el año 2008 no pude escribirlo porque estaba en Cuba. Pero un Jorge del futuro entró en casa y me dejó esa nota en el blog. Un Jorge de otro momento temporal. Eso demuestra que sí puedo viajar en el tiempo, por tanto, puedo viajar entre dimensiones.
- ¿Tú no te aburres nunca, verdad?
- No. ¿Por qué lo dices?
- Es que estoy fiplando. Lo que has montado en un momento... ¿de verdad crees todo eso?
- ¿Y por qué no? Ya sabes que soy pesimista y descreído con la raza humana y con el mundo y con todo. Pero como es lo que tenemos, mejor lo pasamos bien, ¿no? No agobiarnos, no pensar demasiado, disfrutando los momentos, haciendo bien el trabajo, estando con los amigos, amando, leyendo, el cine, la música, los dibujitos, los libros y todo eso. Pero si además adornamos la vida con un poco con risas, efectos especiales, monstruos, viajes en el tiempo, portales dimensionales, macizorras, malos muy malos, teorías demenciales, dragones, paradojas temporales y humor absurdo, pues mejor, ¿no? El mundo y la vida seguirán siendo absurdos, pero serán nuestros absurdos. Es lo que se resume en el ya clásico dicho "vive la vida como lo que es, una tontá. Una vez aceptado esto, empieza a pasarlo bien."
- Lo dicho, estoy flipando.
- Es que nunca hay que perder de vista una perspectiva lúdica de la vida.
- Entendido... anda, buenas noches.
- Buenas noches. Oye...
- ¿Sí?
- Lo de los zombis...
- Tranquilo, era broma... pero si se diera el caso, yo te protejeré.
- Gracias.
- Buenas noches, y que tengas felices viajes temporales.

Y se durmieron sin darse cuenta que alguien los observaba desde la ventana...


... y que sus vidas corrían serio peligro.

Pero esto pertenece a un blog escrito en otra dimensión.

jueves, 3 de junio de 2010

Un añito...

Hoy hace un año exáctamente que A. y yo nos vinimos a vivir a este piso. Un año del día que nos dieron las llaves, entramos emocionados en nuestra primera casa, recorrimos las habitaciones, valoramos las posibilidades, propuse mis primeras ideas de decoración y abrimos uno de los cajones de la cocina.

- ¡AAAAAAAAHHHHHHH!
- ¿Qué pasa, Jorge?
- Mira... mira...
- Joder... ¿pero cómo han podido dejarlo así?
- Quítalo, quítalo.
- Por dios... ¿pero no nos han dicho que no permitían tener animales en el piso?
- Es que no creo que sea un animal.
- ¿Entonces?
- Creo que es un innombrable... un primigenio... creo que hemos despertado a Cthulhu.
- Es mono.
- Pues sí... un poco sucio, por eso. ¿Nos lo quedamos?
- Venga.

¿A qué es mono?

Pues sí. Ya ha pasado un año desde que empezamos la mudanza y encontramos a Cthulhu en uno de los cajones de la cocina. Ahora vive con nosotros, colabora con el alquiler y elimina a los mosquitos. Y me hace muy popular entre los frikis, los góticos y los adictos a las novelas del terror. No todo el mundo puede decir que vive con un primigenio, ¿no?

Ha sido un año delicioso. Aunque... bueno... siempre ha habido un tema que ha sido fuente de problemas. La decoración. Es que... bueno... digamos que sistemáticamente mis ideas para hacer del piso un lugar más colorido, vistoso y gracioso han sido... dejadas a un lado. Ya sé que cuando se empieza la vida en común se debe ser prudente y funcional y que luego, poco a poco, ya se irá haciendo el piso como uno quiere, pero un esfuerzo no cuesta nada y menos cuando la idea es tan buena. Quiero decir... que todo el mundo tiene una mesa de cuatro patas. Más alta o más baja, así o asá, de aquella manera o de aquella otra. Pero, seamos sinceros, ¿no es mucho mejor esta otra mesa? ¿No causará sensación y familia y amigos hablarán de ella?


O uno de estos dos sofás...



O un lavabo algo más divertido...


con pegatinas de cara asustadas... anda que no sería cachondo ir al baño y ver unos ojos asustados que te miran desde dentro y tú ahí, ja, toma fuente... O al menos una cachonda alfombrilla de baño


Pero no... A. me dice con todo su cariño y todo su amor a las propuestas que hago lo siguiente:
- Ni de coña.

Así que de momento ni picas con forma de piernas, ni lámpara forma de mujar con pezones que se encienden, ni cabezas de ciervo, ni pecera con peces disecados, ni reproducción en tamaño real de Godzilla, ni luces de destelleo rápido y continuo en la nevera, ni nada de eso. Pero sé que algún día... algún día A. estará despistada y se encontrará en casa esa lámpara con la que sueño y que ahora ya sé en qué tienda la venden.


Próximamente, ya haremos una visita guiada a cómo es el piso a hoy en día.

NOTA: Tras leer la entrada, A. me ha dicho que la alfombrilla de baño le ha hecho gracia. Que tiene un punto. Al resto me ha mirado, su hermoso rostro se ha iluminado y sus labios han formado las palabras.

- Ni de coña.

miércoles, 2 de junio de 2010

Por ser quien soy

Basado en hechos reales


- Hola, ¿tienes esta novela?
- Sí, claro. Toma.
- ¿Está bien?
- Sí, mucho. Esta novela junto con aquella otra son fundamentales para la narrativa española del siglo XX.
- O sea, que está bien.
- Sí.
- ¿Cuánto vale?
- 9,25€.
- ¿Y no me haces un descuento?
- No... tenemos el carnet de cli...
- No, quiero decir... ¿no me haces un descuento a mí? ¿Por ser quien soy?
- ¿Y quién eres?
- Y si te digo el nombre de X.
- ¿Quién?
- Del colegio Y. Con esta información me harás un descuento, ¿no? Por ser quien soy yo y por ser quien es mi marido.
- No.
- ¿Y si ahora te digo que es para el colegio?
- Si en verdad el libro es para el colegio pues te hago un albarán que tendrás que presentar y luego lo facturaremos. Pero, claro, me da la impresión de que este libro es una compra personal.
- ¿No me haces descuento, entonces?
- No.
- Entonces dejalo... si no sabes quién soy... entonces no vale la pena.
- De acuerdo.
- ¿De verdad no sabes quién soy?
- Lo siento.

Y salió a la calle. Coloqué el libro en su sitio y pensé lo que aún me sorprende que la gente me pida descuentos con el único motivo de "ser quién es". No es la primera vez que me lo dicen. "Hazme un descuento por ser quien soy" o su variante "¿No me haces un descuento? ¿Es que no sabes quién soy?" La única respuesta que siempre doy a esta pregunta es:

- No.

Aunque no solo los descuentos. Alguien que se cuela por ser quien es aunque nadie lo conozca. Los que pretenden entrar gratis en los sitios... como aquel tipo que quería entrar en el teatro donde colaboraba alegando eso, "¡cómo que no me dejáis entrar! ¡no sabéis con quién estáis hablando! ¡¿Es que no sabéis quién soy?!".

¿Por qué? ¿Por qué hay gente que basa sus derechos o exigencias sobre los demas en el ser quién es? ¿Resabios de sangre azul o cristiano viejo? ¿Delirios pequeñoburgueses? ¿Gente famosa que cayó en desgracia? ¿Fugados de una extraña isla? ¿Por qué dicen esto? ¿Qué esperan? ¿Qué pretenden? ¿Alguno de vosotros lo hace? ¿Lo dice o lo exige? ¿Quiénes son? ¿Qué pretenden? Y... ¿por qué están entre nosotros?