lunes, 28 de febrero de 2011

sábado, 26 de febrero de 2011

Empieza la fiesta

Sant Jordi ya está aquí.


Sé que faltan un mes y medio (sólo un mes y medio...), pero para nosotros Sant Jordi ya está aquí. El jueves se hizo el primer pedido de libros y en unos días empezaremos a recibir cajas llenas de libros que habrá que separar entre lo que se queda en tienda y lo que se va a la parada. Y me hace una ilusión... Si cada año sufro el advenimiento del día de Sant Jordi como una condena, este año es como una condena... como una condena... más grande (sí, vale, lo sé, pero son las tres y media de la tarde de un sábado y no he echado siesta y llevo tres días sin dormir así que el estilo o las metáforas como que me lo paso por el arco del triunfo). Y si a mi estado de ánimo ya de por sí festivo y dicharachero le añadimos que comercial / librero / persona de la calle con la que hablas se dedica a lanzar los más funestos presagios para el 23, pues apaga y vamonos y para qué coño Sant Jordi ni Sant Jorda.

¿Por qué? Bueno, este año Sant Jordi cae en sábado. En concreto en ese sábado entre Viernes Santo y Domingo de Resurrección. En plena Semana Santa con un huevo de días festivos por delante. Y, claro, para los agoreros y pesimistas que se les ha abierto el cielo.

 Y, además, lloverá.
Es lo que les falta decir.

Debido a esto sólo me llegan voces de uy este año no vamos a vender nada, todo el mundo se irá de vacaciones, y encima la crisis y esto, no se venderán libros, nos los vamos a comer, qué podemos hacer, estaremos solos en las ciudades porque todo el mundo se habrá ido a otras ciudades donde no celebran Sant Jordi ni saben lo que es un libro, si no sabemos por qué compramos, vamos a morir, vamos a morir, vamos a morir.

Vamos, que estamos todos con una ilusión... Si es que la desesperanza de entrada no es buena idea y quizá se pierde de vista que gracias a la crisis hay mucha gente sin un duro que gastarse en irse de vacaciones, pero que se gastará quince euros tan a gusto en un libro en la parada de Sant Jordi. Y no todo el mundo se va. Los hay hasta que vienen. La cuestión es quejarse que los que vivimos del libro somos quejicas de naturaleza (se lee poco, se lee una mierda, hay demasiados libros, se compra poco, se vende mucho bolsillo, se vende poco bolsillo, poco descuento, demasiados distribuidores, demasiadas oferta, etc.). La única verdad es que hasta el mismo día 23 no se sabrá como será la jornada. Por mí que sea como quiera, pero que haga buen tiempo. Otro Sant Jordi empapado no creo que lo resista.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Portadas - ¿De verdad pensábais que se había terminado?

En anteriores portadas descubrimos que


y pensábamos que la historia ya se había acabado. Pero no... porque hoy, para todos vosotros, una nueva entrega de esta genial y desconcertante saga. Porque para sopresa de todos


y se sienta raro en los bancos de los parques.

¿Continuará?

Por supuesto. ¿Alguien lo dudaba?

martes, 22 de febrero de 2011

Plan absurdo y malvado para dominar el mundo 1. Febrero

Vale. Entre el sueño y otras cosas (ver The wire, The misfits, Breaking Bad, leer a Terry Pratchett, Thackeray y Dickens, etc) que no me he puesto en serio con esto de la dominación mundial y la conquista indiscriminada de territorios.Pero de hoy no pasa y me lanzo.

Plan absurdo y malvado para dominar el mundo. Vale... el plan es éste.... a ver qué os parece... el plan es...

¡¡¡INUNDAR INTERNET DE PORNO!!!


¿Qué? ¿Mola verdad? Sí, ya sé que algún gracioso dirá que eso ya está, que en internet hay mucho porno, que casi toda la red es porno. Pues yo digo a esa persona que se equivoca. Quizá no lo sepa, pero en internet se pueden encontrar más cosas que porno (y vídeos graciosos de chinos haciéndose daño y viejas y respetables señoras cayéndose por escaleras, pero de estos vídeos ya hablaré otro día).

- ¡Venga ya!

En serio. Hay noticias, blogs de acupuntura, periódicos, vídeos de bebés riéndose, páginas webs de partidos políticos, cursos de equitación, doma de ovejas. Hay páginas dedicadas a cómo disimular carreras en las medias, preparar un pastel de nitroglicerina y cómo cambiar el pañal a un modelo de ropa interior masculina. Me he encontrado sin buscarlo clubs sociales que organizan quedadas para quemar libros, vomitar, patear el culo a minorías o lanzar bombar a mayorías, buscadores de parejas para termitas y álbunes donde la gente cuelga fotos de sus deposiciones. Si hasta me he encontrado con páginas donde te llevan a ver series de televisión y sitios donde uno puede escribir lo que le viene en gana. Hasta cosas obvias y todo.

Todo esto me ha sorprendido y abrumado. Quiero decir... yo era uno de esos que se sentaba delante del ordenador con la intención de escribir la gran novela americana con un inicio y un desarrollo y su final y sus personajes y conflictos, pero que sin saber cómo ni por qué acababa viendo las fascinantes aventuras de un grupo de chicas perdidas en un bosque en ropa interior mientras un grupo de leñadores sin pantalones las acosan y solo pueden defenderse con la colección de consoladores que la prota lleva en su mochila. O me ponía con la intención de ver los cuadros expuestos en el museo Hermitage de San Petersburgo, pero terminaba viendo la exposición de intimidades de Bestia Parda y sus quince mejores amigas.

Pero un día descubrí que en la red había más cosas y eso me hizo pensar. Si hay periódicos y foros de debate económicos es que alguien los ve e incluso participa. Ummm... Creo que he encontrado la forma de conquistar el mundo y hacerme rico... Inundar internet de pornografía. Conseguir que todo los enlaces, todas las páginas, todas las busquedas, todo, todo, todo, todo, sea pornografía.

- ¿Puedes poner un par de ejemplos?

Sí, claro. Pues imagina un señor que se levanta una mañana, hace un pipí, enciende el ordenador y se dice... pues voy a ver qué santo es hoy porque yo soy mucho de saber qué santo es cada día. Abre google y se encuentra esta fuerte y muy desagradable escena de pornografía donde buscan placer en lugares que si dios oculto fue por algo (ver aquí)*, se aturde, pero conserva la calma y se lanza a la carpeta de favoritos y pone en la barra de direcciones la páginas todosantos, pero no, no salen santos sino que salen muchachos y muchachas dándole que te pego así sin preguntarse los nombres ni estar comprometidos (más o menos como en esta escena)*. Empieza a asustarse porque necesita saber qué santo es hoy y decide escribir un correo a su mejor amigo, pero al abrir su cuenta lo que encuentra es a una muchacha contándle a su amiga sus problemas con su dildo y a la amiga diciéndole ni dildo ni dildas y mira lo que te hago (como aquí)*. El señor está desesperado y decide denunciar esto a la policia, pero cuando entra en la página de las fuerzas del orden y la seguridad se encuentra a un grupo de polis compitiendo a ver quien tiene la porra más larga y más dura, pero que acaban resolviendo la apuesta bajo las duchas (sí, podéis ver la escena aquí)*.

Y así ad nauseam... ¿Y qué consigo con esto? Pues, por lo bajo, dos cosas:

1. Todo pornófilo/a que se quejaba que en Internet había poco porno y que todo era lo mismo verá su sueño hecho realidad. Preguntará quién ha sido el genio que ha conseguido el milagro, le dirán que he sido yo y de forma inmediata se pondrá a mi favor y defenderá mi vida con la suya o con la del prójimo. Con esta  sencilla estrategia he conseguido el favor de todos los solteros treintañeros de un solo plumazo.
2. Quien busque contenidos nopornográficos, quien necesite leer las noticias, escribir en el foro de un periódico, consultar su correo tendrá que comprarme a mí el derecho de acceso. Y lo cobraré al precio que quiera y me haré rico y gobernaré el mundo.

Y ya está.

¿Qué os parece? ¿Os gusta? Admito críticas y sugerencias. Y en un par de días me pongo con esto... en cuanto consiga acceder al Big Ben que es donde los progenitores de internet guardan la caja negra que no pesa que es internet y configurarlo de nuevo.

 Internet.
Pincha sobre la imagen y gente lista lo explica muy bien.

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* Sí, todo enlace lleva al final de ¡Qué bello es vivir!. Es que como ahora se están poniendo duros con esto de los enlaces y los derechos y todo eso que me ha dado miedo. Por eso he decidido enlazar a una película que esta libre de derechos de autor y así no perjudico a nadie. Espero que lo entendáis.

lunes, 21 de febrero de 2011

Fotógrafos - Barbara Morgan

Bárbara Morgan
(Buffalo, Kansas, 1900 - Tarrytown, Nueva York, 1992)







domingo, 20 de febrero de 2011

Últimas películas vistas en el cine y lo que me han parecido en opinión rápida y superficial

Más allá de la vida (After pa llá de la live), Clint Eastwood.

Después del disgustarro que me llevé con Invictus (aburrida, soporífera, partidos mal rodados, simplista, etc.), tenía ganas de quitarme ese mal sabor con uno de esos ejercicios de cine que Eastwood cuando quiere sabe hacer (ej: El jinete palido, Bird, Sin perdón, Million Dolard Baby, Corazón blanco, cazador negro, Mistic River o aquella preciosa y pequeña El aventurero de medianoche). Y el disgusto me lo quité a medias. Un gran prólogo el de tsunami, el tempo ese de "pa-que-correr-si-tenemos-tiempo" al que nos tienen acostumbrado Eastwood, el sabor clásico que sabe moderno, la fuerza y atractivo de Cecile de France, una cata a ciegas, la escena del metro. Pero... pero la película se queda a medio gas con una desarrollo y una conclusión excesivamente complacientes. Poco riesgo y todo muy bonito, cuando lo que imperaba era un tono sombrío. Querer la redención de sus tres personajes. Buscar una salida que suena a falsa. Según Jordi es que Eastwood ya le ve las orejas al lobo y quiere asegurarse la tranquilidad del alma. Y, por cierto, y dejando de lado la película, me di cuenta que en la bolsa de chucherías del cine ha desaparecido el ladrillo. Mal rollo.

RED (en inglés también es RED, vamos, rojo o bermellón que era una canción de Rocío Durcal que decía busca que te busca, busca el bermellón, y luego se liaba a decir colores ), Robert Schwentke

Una inmensa chorrada. Del cómic original no queda nada (bueno, la calva del protagonista) y lo que ofrece es un conjunto de tiros, chistes sobre la edad, actores serios no interpretando, la sonrisa que todos conocemos de Bruce Willis, más tiros y la imagen de Helen Mirren agarrada a una metralleta y liándose a tiros.

Reconozco que me entretuvo, pero advierto que tengo una facilidad inmensa para dejar el cerebro en casa y tragarme casi cualquier mierda que me echen el una pantalla grande y pasármelo bien (las excepciones a esta regla suelen ser cualquier película que tenga un punto de relación con Michael Bay y, lo siento, cine español con honrosas excepciones). No la recomiendo y reconozco que pensado friamente tiene pocos atractivos y pocas cosas que justifiquen su visionado. Tampoco esta vez había ladrillo en las chucherías.

El discurso del rey (The king dicursso o speech que tambíen se puede decir), Tom Hooper.

Película que me gustó mucho. Y eso que parte de un material que consigue sacar lo peor de mí y que ha provocado que a mis ojos se hunda la carrera de muchos actores (ej: Michelle Pfeiffer y aquel engendro de las mentes prodigiosas). Para que nos entendamos una película que reune las siguientes características:
- Basada en hechos reales.
- Una historia de superación.
- Alumno problemático + profesor con métodos especiales.
- Amistad entre dos personas que ámbitos muy distintos.

Como leí no recuerdo dónde, solo los ingleses pueden hacer una película con todo esto y que el espectador se la trague con ganas. Supongo que se debe al humor que impera por toda la película, el buen hacer de todo el reparto, la particular gracia de los encuadres y Geoffrey Rush, el único heredero posible del legado del inimitable y mítico Vincent Price. Los ladrillos de las chuches definitivamente han desaparecido. ¿Recorte de gastos o conspiración mundial?

Enredados (Enredation two half), Nathan Greno y Byron Howard

La mejor película Disney (que no Disney/Pixar) en años. Fui a verla con A., Niño Lobo y Niña Zombie un domingo por la tarde a las seis. Sí, podéis llamarme loco y suicida. Pues, oh sorpresa, silencio y atención en todo el cine a lo que sucedía en pantalla. Una historia entretenida, unos personajes carismáticos (grande el camaleón), la princesa Disney que más me gusta y una mala con unas peras, quiero decir, con unas tetas que vamos. Se notaba la ascendencia siciliana en la mala. Y encima iba escotada... anda que las malas salían así en las películas de dibujos de crío, todas tapadas hasta el cuello. Vamos, que me lo pasé muy bien, me divertí, pido una película sola para el grupo de maleantes de la taberna (y es que todos pueden perseguir su sueño), es emocionante, muy bonita, muy tierna y recomendable.

Eso sí, no podía ser perfecta. Dos audiciones que vinieron a querer arrancarme los oídos de cuajo... no, de querer arrancar la garganta, los pulmones, las cuerdas vocales y todo el aparato fonador a los responsables del desaguisado de la canción de los títulos de crédito finales. Con todos mis respetos, pero señor David Bustamante y señora Marta Sánchez, ¿qué les han hecho los niños para cantar así? Inenarrable y torturante.

Y el trailer de Torrente 4. Vamos a ver... se apagan las luces, empiezan los anuncios de todas esas películas que no iremos a ver y la primera es el vídeo ¿musical? con la ¿canción? estrella de las nueva andanzas de Torrente. ¿Alguien lo ha visto? ¿Alguien a visto a eso que se llama David Bisbal teniendo un ataque de epilepsia en los pasillos de una cárcel mientras cuatro chicas que ¿bailan? se van desnudando hasta quedar en ropa interior mientras el rizos va gorgoteando eso de aquí te pillo aquí te mato y enseña un pezón (¡enseña un pezón el rizos y yo queriendo arrancarme los ojos!) y sale Torrente tirándose peos y graciosillos y se pueden preveer los chistes de mariquitas en las duchas y que se me cae el jabón y todo eso? Vamos, horrible y vomitivo. La cara de los críos al ver a aquellas cuatro mozas en casi pelotas era un poema. Y los oídos del respetable por la ¿cancioncita? de los cojones y la "dicción" y "estilo" y "savoir faire" de Bisbi aun no se han recuperado.

El tema de los ladrillos necesita una entrada para él solo.

miércoles, 16 de febrero de 2011

lunes, 14 de febrero de 2011

La fascinante y nunca suficientemente ponderada historia de las viejas espías inglesas lesbianas que viven en els Hostalets de Pierola

Uno de los infinitos temas de El hombre que mató a Liberty Valance (The man who shot Liberty Valance, John Ford, 1962) es la relación entre la historia y la leyenda. El senador Ransom Stoddard explica su historia para deshacerse (ya sea por honor o remordimiento) de su leyenda. Los periodistas que escuchan la verdad tras el mito deciden callar esta verdad y dejar que la leyenda siga viva. Es un tema clásico en la filmografía de Ford (ahora recuerdo Fort Apache) y algo muy significativo en la construcción del imaginario mitológico americano. Y diría que en todo imaginario mitológico.



¿A qué viene este prólogo y que tiene que ver con el título de esta entrada? Bueno. Primero la historia.

La librería está llena de personajes peculiares. Tenemos al Pelucas, un tipo con un desorden maniaco-compulsivo que le hace mirar todas y cada una de las páginas de un libro antes de comprarlo y que llega a pedir la retirada de toda una edición porque hay una línea en la portada que parece una arruga y eso le pone nervioso. Tenemos al Yo tengo un millón de amigos con e-book que es un señor nada respetable que siempre que viene chilla y se indigna y nos ofende y nos injuria y nos repite que nunca tenemos los libros que quiere y que si los tenemos son muy caros y que como puede ser y que él tiene amigos con e-books que se descargan quinientos libros al día y gratis y que vergüenza y que así queremos llevar un negocio, cobrando la cultura.

Y tenemos a las Hermanas Inglesas, unos personajes que aparecen por navidad arrastrando sus raidos abrigos de punto, sus carros de la compra y su olor a muerte que se acerca despacio. Entran, deambulan mascullando por lo bajo, desordenan todo lo que pueden y a la hora y media salen de la tienda con su compra de tarjetas de felicitación y libros de matemáticas. Todos los años el mismo ritual. Paseo, tarjetas de felicitación y matemáticas. Según me contó una compañera de trabajo son hermanas, viven en els Hostalets de Pierola y tienen un montón de perros.



Esta es la historia. Pero, claro, antes de la historia yo tenía mi historia. O si queréis. La leyenda. Porque para mí estas dos viejas que nos visitaban cada año por navidad con sus carros chirriantes y su olor duro y rancio a mucha vida por detrás, eran dos luchadoras, dos espías inglesas lesbianas que huyendo de su pasado y de los nazis acabaron viviendo entre perros entrenados para matar en Els Hostalets de Pierola.


Quizá tuviera una visión algo romántica de ellas pero siempre que abrían la puerta de la tienda y las veía caminando en angulo de noventa grados, con sus gorros calados hasta las mandíbulas imaginaba un Londres de 1941 acosado por la bombas. Elly corre entre los escombros. Entre sus manos lleva una cartera con valiosa información que le ha podido arrebatar a Henry, un doble agente que trabajaba para los nazis, un chico que era de su confianza hasta que descubrió a la víbora fascista que vivía en su pecho. Oye entre el sonido de las bombas y el derrumbe de los edificios como la siguen. Como Henry y sus secuaces teutones se acercan cada vez más hasta que Elly no tiene más remedio que esconderse en un convento donde conocerá a Harriet, una joven huerfana que vive con unas simpáticas monjitas que hacen unos pasteles que están... vamos... ummm... Allí entre miedos, risas, abrazos, besos y sorprendentes traiciones de alguna de las hermanas, Elly y Harriet se enamoraron.


Pero en esos momentos, con la sombra de Hitler destruyendo Europa, hay cosas más importantes que su amor. Elly escapa del convento una noche porque no quiere poner más en peligro a Harriet, pero esta la sigue. Después de una discusión y una reconciliación, consiguen entregar el maletín y su valioso contenido al alto mando. Henry muere después de una cruenta lucha y desbaratan los planes del malvado oficial de las SS Hemil Kartofen, megaespia malvado que quería esclavizar a los habitantes de York gracias a su fascinante espectáculo de sombras doradas. A partir de ese momento Elly y Harriet se convertirán en la pareja de espías enamoradas favorita del MI6 y su vida serán misiones y más misiones donde se enfrentarán a científicos malvados de las Antillas, la cabeza de Hitler y sus cansinos chistes, ejercitos de zombis gobernados por Mututa Tambú, maestro vudú y dueño de una fábrica de colchonetas de Estepona. Pelearán con krakens, con mutaciones diabólicas de confundir los genes de mamuts con velocirraptores, volverán a encontrarse con la cabeza de Hitler y con el cerebro de Henry dentro de un gorila de seis metros. Vivirán apasionantes aventuras en el music-hall bajo el nombre artístico de Pulgita y su muñeca de tamaño natural. No habrá isla tropical con secta que quiere reistaurara el reich, ni desierto con base secreta, ni ciudad con dirigentes corruptos y mutados, que no verá como estas dos hermosas espías inglesas lesbianas desbaratan sus planes y consiguen un mundo más justo y libre.

Pero el tiempo pasa y la guerra fría se acaba y matar nazis ya no es tan divertido y los comunistas dejan de ser una amenaza y Elly y Harriet se convierten en dinosauros de otra época. Deciden colgar la pistola, el bolígrafo metralleta, la pinza del pelo explosiva y las frases sarcásticas y mudarse a Els Hostalets de Pierola, un pueblo tranquilo que les gustó mucho cuando estuvieron allí luchando contra el hermano gemelo y más malvado de Henry que planeaba hacer construir en las montañas de Montserrat un teatro de ópera donde se programaría Wagner las veinticuatro horas del día. Allí se aficionaron a la cría de perros asesinos y a las matemáticas puras y siguieron viviendo un amor cada vez más reposado y tranquilo. Y cada navidad cogen el autobús que las lleva a Igualada y en una librería compran más matemáticas y tarjetas de navidad para felicitar a todos aquellos espías de los viejos tiempos que todavía viven.

¿Y a qué perro que visten así no se ve inundado de incontenibles ansias asesinas?

Y le expliqué mi teoría a mi compañera de trabajo. Y ella, después de fliparlo una vez más con la de mierda que tengo en la cabeza, me explicó la verdad. Que eran inglesas, que eran hermanas y coleccionaban perros. Y punto. Que todo lo demás eran imaginaciones mías. No pude evitar sentir un punto de tristeza. E hice lo único que un ser humano puede hacer en estas situaciones. Negar la realidad y refugiarse en la imaginación y en la leyenda.

Como los periodistas de la película de Ford, yo también prefiero la leyenda a la historia. Y cuanto más demencial sea la leyenda y más monstruos y espías y efectos especiales tenga, pues mejor.


Escena de aquellos dos clientes que durante una temporada se robaban las novelas negras que llegaban de novedad y de cómo lo solucionaron de forma civilizada y con tres explosiones.

domingo, 13 de febrero de 2011

sábado, 12 de febrero de 2011

Cierra los ojos y escucha

Roberto Benigni, Divina Comedia, Canto primero

viernes, 11 de febrero de 2011

Novedades literarias de febrero, ese mes que está ahí.

Febrero, ese mes que nunca he sabido muy bien qué pinta en el calendario a parte para que en las librerías se abran las compuertas y las novedades caigan cual aludes sobre los pobres libreros que no han acabado las devoluciones de navidad. Y entre todas esas novedades, destacamos unas pocas que harán que de vuestros ojos caigan pedazos de diamantes disfrazados de carbón, implosionen estrellas enanas y sintáis que enfermedades aparentemente erradicadas vuelvan a recorrer e infectar vuestras pieles.

La guarderia del terror, Álex Flesh, Ediciones B, 2011

Frank Bonnaro está cansado. Cansado de la violencia de las calles, de desarticular día sí, día también, laboratorios de metanfetaminas, de tener que lidiar con jóvenes existencialistas que no encuentran sentido a nada y por eso no tiene sentido pagar en los supermercados. Está cansado de ver cómo el sistema libera a los turistas que caminan sin pantalones por calles en cinco minutos. Harto de tener que luchar siempre contra los mismos psicópatas que se infiltran en las interminables convenciones de disfraces de muñecas legionarias. No puede más y el día que ve como alguien arranca impunemente la etiqueta con su nombre de su grapadora, SU grapadora, decide mandarlo todo a la mierda y con cuatro tiros y una hoja de dimisión deja su trabajo en la policía y decide que ha llegado la hora de montar el negocio de su vida y de sus sueños: una guardería sin licencia en su piso de soltero. Y tiene éxito. Hasta que empiezan a suceder cosas raras. Cosas inexplicables como un niño que muerde a otro niño y admite su culpa. Una madre que no pone jersey a su hija pequeña pese a que otras madres han comentado que hace un poco de frío. Un niño que se mete lo dedos en la nariz y no se come los mocos. Demasiadas cosas inquietantes. Una sencilla y rápida búsqueda por google arrojará luz al misterio: la guardería se construyó encima de un cemenerio indio contruido encima de las ruinas de un templo maya maldito construido encima del cráter donde hace billones de años llegaron criaturas infernales donde por casualdiad había una puerta que si se abre conduce directamente a una dimensión plagada de criaturas informes que quieren volver.

Miedo. Pero miedo miedo miedo miedo. De los de llorar por la noche y arrojar el libro a la cabeza de la primera persona que te toca. Álex Flesh ha conseguido coronarse como nuevo rey del terror con esta novela que explora los límites entre la puericultura y el infierno. Imágenes poderosas e inquietantes como ese niño que comparte sus juguetes o esos niños en silencio cuando después de hacer desaparecer tres kilos de chucherías no muestras signos de hiperactividad. Una novela que deja claro que el infierno no es ni uno mismo ni los otros, sino un lugar lleno de silencio acosado por el fantasma pervertido de un indio vestido de maya que viven en infierno y que quiere volver. Una novela ideal para pasar miedo y decir, jo qué miedo he pasado. 

Cien consejos para abrir piernas y abatir corazones, Gunar Barea, ed. Espasa, 2011

Hay machos alfa, hay machos betas y luego estas tú. ¿Y tú quién eres? Pues un patético alfeñique que busca superar sus taras físicas y emocionales leyendo esta contraportada. ¿Así que tienes sueños? Y uno de esos sueños es dejar de pensar en uno sólo y empezar a pensar en uno y otra y otra y otra y otra. Si compras y lees y entiendes este libros encontrarás solución a ese trauma que arrastras desde que naciste: no ligas ni con una turista borracha y mujer que te conoce, mujer que vomita su conciencia y sexualidad.

Modelo de lenceria femenima para hombres. Doble de culos de anuncios de pasta italiana. Tres veces ganador del concurso de Mr. Calzoncillo Mojado Por Dentro que organiza la discoteca Pachumba Pachumba de Ibiza, Texas. Este es el impresionante currí-perfecto-culo de Gunar Barea, quien irrumpe en el panorama literario español con un libro que se hará imprescindible para todo aquel hombre de verdad que quiere ser algo más que un cerebro pensante que sabe quién es Deadshot o un ser babeante apoyado a la barra de un bar. Porque seamos sinceros, ni una cosa ni otra gusta a las mujeres. Y Gunar conoce a las mujeres. Y sabe lo que a ellas les gusta. Y ha decidido dar forma de libro a esa infinita sabiduria en cien sencillos consejos que hasta un fan de Star Trek que le gusta más Kirk que Pickard puede entender. ¿Cómo? Que sean las propias palabras de Gunar Barea las que nos iluminen.

Consejo número 6: A las tías les gusta los chicos malos, malosos, malotes. ¿Qué quiere decir eso? Pues que a partir de AHORA prohibido usar posavasos, conducir con el cinturón de seguridad puesto, afeitarse cada día, llamar a tu madre para que no se preocupe. A partir del día de hoy tienes que empezar a mirar a las mujeres en diagonal y apoyarte en todos los quicios de la puerta y poner cara de aburrido en las fiestas y montar bronca con el primer tirillas que encuentras y faltar el respeto a su familia.

Consejo número 73: Llama su atención. Si te presentas con un "hola qué tal cómo te llamas" sólo serás un gilipollas más. En cambio, si te desnudas de cintura para abajo y te pinzas los pezones con cagrejos carnívoros vivos y sujetas una flauta con el escroto mientras cantas algo de El Duo Dinámico y saltas encima de una mesa de billar mientras tus mejores amigos te tiran a la cabeza bolas de billar hasta hacerte sangrar habrás conseguido llamar su atención. Ya no serás un gilipollas más, sino que serás ese gilipollas que hizo todo eso en la comunión de su hermana pequeña. Lo importante es que se acuerde de ti.

Consejo número 35: Nunca digas la frase "Me recuerdas a mi madre" mientras te están practicando sexo oral. Corta un poco el rollo.


Y de las estrellas llegó mi gran amor highlander, Claudia del Moral, ed. Minotauro, 2011

No hay género ni editorial que se resista a Claudia del Moral, autora conocida como la Al Pacino de las letras rosadas o la Gertrude Stein de las autoras románticas gracias a su famoso aforismo Una rosa es una rosa puede ser una rosa pero un petición de mano mientras se huye de la guardia del duque durante una peligrosa, pero excitante tormenta tanto en el exterior como en los corazones de los protagonistas es mucho mejor. Y ahora, cuando parecía que Claudia del Moral ya lo había dado todo en todos los géneros y con todo tipo de acentos, irrumpe en las librerias y en nuestras vidas con una nueva serie de novelas románticas de ciencia ficción con highlanders de otros planetas que vienen a revolucionar los corazones y las entrepiernas de las bellas muchachas terraqueas y francesas.

Norah es una joven estudiante de pompas funebres que sueña que alejada de tanto formol y autopsias a pacientes narcolépsicos que se solucinan con una sonrisa y una disculpa, hay algo más. Por las noches suele subir a la azotea del tanatorio y suspira mirando a las estrellas y pidiéndoles que un día le lleven al amor de su vida. Ese amor que la rescatara de esta vida llena de alcohol, vendas, chorreos de sangre a la cara y palmadas en el trasero de unos muertos muy frescos. Poco podía pensar que un día alguien oiría su sorda plegaría y que ese meteorito que se estrelló contra su casa cambiaría su vida.

LK89-Home es un highlander extraterrestre con una misión: proteger si es necesario con la vida de otros seres de otras galaxias la Piedra Vesicular, un misterioso mineral que es el epicentro de toda la vida y la antivida del universo y que si se rompe, pues se fisura el universo y todo se va a hacer popó. Es duro, es decicido, está desengañado porque demasiadas mujeres le han roto sus siete corazones y tiene el vientre más plano, más duro y más trabajado que una mina de piedra caliza supersexi. Su plan es salvar el universo del malvado y contrahecho Capitán Taza de Barro y volver a su hogar para seguir maldiciendo a las hembras de todo el universo y tener relaciones sexuales sin compromiso con cualquier tetera animada animatrónicamente que se cruce por su camino. Pero sus planes saltarán por los aires el día que saliendo de aquel humeante cráter se encontró mirando directamente los pezones duros y desafiantes de Norah, luego mirando sus ojos, y luego otra vez los pezones. LK89-Home encontró el amor verdadero en forma de arrogante pezón aterido por el frío.

Todo sabíamos que Claudia del Moral era buena. Pero con esta novela ha superado todas las espectativas. Una novela dura, elegante, científica, sexi hasta decir basta que me tengo que cambiar las bragas, llena de música tradicional escocesa, peleas, la Atlántida y un amor entre una joven terráquea y un highlander extraterrestre que hará que las estrellas no solo titilen porque llevan muertas millones de años, sino por un profundo y denso deseo, como si fueran velas aromáticas inundadas de pasión y sentimientos sexis, pero sexis de la muerte.

Nora sintió como si una supernova le estallará en el pecho y que su fuerza gravitacional se contrajera y polarizara dejando sus bragas en los tobillos. LK89-Home la rodeó con sus fuertes y muy curtidos brazos durante horas y horas de ejercicios espaciales y bidimensionales y la atrajo hacía sí. La besó como la primera vez que la besaba que era esta vez. Y fue una explosión de genes, moleculas, varianzas y lenguas martilleó su corazón, sus tobillos, su nariz y su secretum.
- LK89-Home, eres todo lo que soñaba en un extreterreste.
- Soy mejor... - y para demostrarle sus palabras LK89-Home le explicó por qué le llamaban el ambidiestro y porque orejas, pies, manos y ojos no era lo único que su raza tenía por parejas.

jueves, 10 de febrero de 2011

Mal café con leche

Realmente están siendo días duros. Mucho sueño. Rebrote. Estirado en el sofá soñando con películas protagonizadas por Imanol Arias. Aunque pueda parecerlo a primera vista, no son pesadillas. De verdad que intento permanecer despierto, pero no hay manera. Pero no hay excusas que valgan y hay que escribir y publicar. Porque si no escribo mis tontás me aburro, hago aburrir y noto que algo me falta. Quizá debería dedicar mis esfuerzos a algo más positivo, como escribir la gran novela americana o una novela generacional francesa, y dejar esto de foto ridículas, muchachas despampanantes y tontás varías, pero como no pretendo pasar a la historia pues, de momento, seguiremos trabajando en esto. ¿Y qué he hecho estos días?

Pues el lunes tuve que ir por la mañana a Barcelona por una reunión y porque un importante grupo editorial me había invitado (junto con otros libreros) a la presentación de sus novedades de infantil/juvenil con las que pretenden arrasar el próximo Sant Jordi. Con la esperanza que regalaran algún libro fui para allá con mi mejor ánimo, pero a medio camino cai en la cuenta que estamos hablando del más importante grupo editorial en lengua catalana, que tiene las series más exitosas y que cuenta con una facturación que nos costaría imaginar. Tendremos suerte si nos dan un catálogo. Pues ni eso. Una mierda libreta de propaganda y una hora de soporíferas novedades. Básicamente consistentes en un número más de las series que tienen abierta, un nuevo cómic con los jugadores del barça con el que seguir adoctrinando a los jóvenes, una novela juvenil escrita para que nadie piensa, por favor, y poco más. Lo de siempre, con el mismo formato de siempre y explicado con la misma falta de ilusión de siempre. ¿Por qué me dio la impresión que ni a los propios editores les gustaba lo que enseñaban?


 Mi cara antes / durante / después de la presentación.
Y no solo era sueño.

Lo peor de todo es que esa sensación de aburrimiento se está proyectando a casi todas las novedades que nos esperan hasta Sant Jordi. Pocos libros me parecen estimulantes, y los que me estimulan los escribieron hace unos cuanto siglos.

Pero antes de esta presentación, reunión de libreros. Quedamos delante del hotel donde ser haría la presentación de novedades y buscamos un café donde matar las tres horas que nos quedaban con una reunión para valorar la campaña de navidad y ponernos deberes. Como no sabíamos dónde ir acabamos en uno de esos cafés blanquiverdes rollo franquicia que están cada tres números por las calles de Barcelona y medio mundo (y pronto el otro medio).



Allí me sentí como ser de otra galaxia, como persona fuera de lugar. Vamos, como el tipo de pueblo que soy. Porque... a ver... y sé que no descubro nada nuevo, pero ¿qué sentido tiene ir a un sitio donde te cobran tres euros por un café con leché que es una puta mierda? En el bar Manolo's de al lado cobran 1,30 y ponen café del bueno que le trae un proveedor de confianza. En serio, tres euros por una puta bazofia que encima la mitad era espuma. Vale, todo muy diáfano, todo muy clarito, con sus sofás, su hilo musical de jazz prefabricado y su gente de diseño y con prisas, pero son tres euros. Quinientas pelas en un café con leche. Y de mierda.

Pero este café con leche era maná caído directamente de los pechos de dios a los hombres comparado con el café con leche que me tomé en el bar del hotel donde hacían la presentación. ¿Qué hotel?

Hotel Comtes de Barcelona. 
En pleno Passeig de Gràcia.

Al mediodía tengo que tomarme un café. Sí o sí. Cuando estoy en la tienda me escapo sobre las doce a la cafetería de confianza, me todo un café con leche, leo un par de páginas y vuelvo corriendo a la librería. Así que cuando íbamos a la reunión y faltando media hora decidí escaparme al bar del hotel y tomarme el reconstituyente cafeanítico. Joder. Para empezar dos euros setenta. Sí, le estoy dando mucha importancia al precio, pero es que me jode que te hagan pagar eso en un sitio en principio guay y que cuida la calidad por encima de todo y lo que te encuentres esa mierda líquida. Porque eso es lo que me dieron en el hotel. Uno de esos cafés echos con rastrojos que te deja el paladar áspero y con ganas de arrancártelo para evitar que esa horrible sensación se extienda por el resto del cuerpo. Joder... ¿qué pasa? ¿Es el agua? ¿Es mal café? Se supone que este sitio es pijillo y cuidado y con prestigio y una terraza chula con buenas vistas a obras de Gaudí y la gente es fina y te llaman de usted y todo eso. ¿Por qué ponen eso a sus clientes? Y con el paladar lleno de rastrojos, subí a la reunión con lo que nos vamos al segundo párrafo de esta entrada.

Y el lunes hice más cosas, pero he decidido hablar sólo de los dos cafés con leche que me tomé. ¿Por qué? Vamos, esto es un blog y en un blog es tradición dar importancia a lo que no tiene y exagerar lo nimio. Era esto o hablar del ataque de ninjas monjas semidesnudas que sufrí en el metro. Tenía que tomar una decisión y he optado por esta.

domingo, 6 de febrero de 2011

jueves, 3 de febrero de 2011

Ni muerto ni de parranda

Pues eso. Ni muerto ni de parranda sino un cúmulo de circunstancias que me han impedido ponerme delante del ordenador y narrar mis vivencias, colgar foticos o escribir tontás. Es lo que tiene:

1. Quedarme fritico en el sofá durante dos horas cada mediodía. Al ser narcolépsico de día, insomne de noche es poner el culo en el sofá y quedarme como un bendito (además de las microsiestas que me pego en el lavabo de la librería, pero esto no se lo digáis a nadie). Uno intenta que esto no le afecte a su vida diaria, pero es inevitable y la vida diaria se modifica y se resiente. A un momento estoy bien y de repente ataque de sueño infinito que me impide salir de casa o levantarme del banco del parque. Noches que no duermo, cansancio todo el día, siestas interminables, cabezadas viendo una película y leer de forma más lenta y con más interrupciones. Realmente ser el bello durmiente tiene sus pegas. Eso sí, de este año no pasa que vea el biopic avant-la-lettre potragonizado por el celebre cómico mexicano Tinton cincuenta y dos años antes de que se me diagnosticara el trastorno.



2. Pillar una de esas gripes que impiden ir a trabajar durante tres días. Encerrado en casa deambulando en ropa "de estar por casa", arrastrando los pies y sorbiendo la nariz cada dos o tres segundos provocando que en el cerebro se vayan acumulando jugos mocosos. Naturalmente nada de ordenador porque si combinas el sueño, con los medicamentos contra el sueño, más la gripe y el malestar, más los medicamentos contra la gripe y el malestar creo que es normal que me dieran mareos y que me creyera por momentos Judy Garland.

3. Cuando empezaba a recuperarme, fue el ordenador el que cogió el virús y ha estado tres día en observación en manos de los mejores expertos hasta determinar qué le pasaba y como eliminar la extraña infiltración. Tanto A. como yo desconocemos cómo ha podido entrar un virus en el ordenador sabiendo que ni ella ni yo descargarmos cosas raras. La único explicación lógica es que ha sido alguno de mis enemigos ha entrado en casa, se ha estado descargando programas de bingo, bajando porno libre de derechos de autor, picando en esos enlaces que le hacen a uno ganador de un millón de libras o diciendo sí, quiero una novia rusa o el pene más largo de la escalera de vecinos. Y todo esto en un patético intento de frustar el plan de febrero para dominar el mundo: inundar internet de pornografía. Próximamente más detalles.


4. Cuando el sueño se ha normalizado, la gripe ha medio pasado y el ordenador se ha recuperado, estar dos días con la cabeza atrapada en un tarro de cristal por coger con los dientes el último huevo en salmuera mientras una zarigüeya me mordía el trasero.

Pero bueno, ya estoy aquí. A partir de mañana intentaremos volver a la inquietante normalidad de este blog.