domingo, 31 de julio de 2011

Julio... quince días de vacaciones y mis recomendaciones literarias

Julio... mes llamado así por algo. Y en ese mes, un librero tuvo quince días de vacaciones donde lo que más ha hecho ha sido leer... o hacer ver que leía y entendía algo... y de esas lecturas, tres han sido tres, las que más me han marcado y siento la necesidad de recomendar a todo el mundo.

Anal-ítico. Una fabula eroticomística posmoderna, Ton Yin, ed. Alpha Decay, 2011

La novela revelación de la temporada en los círculos literarios de post-modernidad más radical. Una nueva y radical apuesta de Alpha Decay para su colección de Héroes y Modernos. Una de esas novelas que uno se pregunta dónde coño las encuentran y que provocará grandes adhesiones y profundos rechazos. La historia de un dilatador anal extremo explicada en primera persona. Un trozo de látex manufacturado contando sus vivencias, sus incursiones, sus entradas y salidas, sus jugosas aventuras en un ¿estilo? repetitivo, anticlimático y muy posmoderno.

Desde la mesa de manufacturación en Made in Taiwan (Taiwan) hasta su destino final en un museo de los horrores, pasando por las estanterías de Dildopolis y los anos dilatados de forma extrema de sus catorce dueños, asistimos como lectores estupefactos y horrorizados a esta suerte de Historia de un caballo sexual. Desde su experiencia como autor posmoderno definitivo,Ton Yin aburre hasta el suicidio masivo de las piedras con una novela plagada de referencias a las últimas tecnologías, redes sociales y series de televisión de la cadena BHU, una serie minoritaria que hasta los usuarios de la HBO encuentran pedante. Estilo pobre, descripción básica, 200 palabras de vocabulario, quinientas páginas. Sexo aséptico, novela erótica fría y distante, retrato de la crisis de valores y esperanzas del treintañero que miente en su perfil de facebook diciendo que tiene veintipocos.

Entrar. Salir. Entrar. Salir. Esperar a que el ano se dilate de forma extrema y así llegar a cumplir mi función en el mundo. Entrar con difícultad, arañando, lacerando, hiriendo las paredes anales de  Helen BosBos, mi actual dueña. Y no estoy solo. Periquitos, ratones, manos, puños, bates de béisbol. Bolardos. ¿Por qué yo también? ¿Por qué un dilatador anal extremo cuando en el que tiene que ser mi provisional hogar cabe de todo, hasta una banda de indigentes? ¿Por qué entrar y salir de un lugar que no tiene dificultad? ¿Dónde se pierde el sentido de un dilatador anal extremo cuando no hay extremos? ¿Qué sentido tengo? Entrar. Salir. Entrar. Salir.

Mírame a los ojos, Percy Collins, ed. Roca, 2011

Después del éxito obtenido con las dos novelas de John Verdom, Roca vuelve a la carga con una nueva novela de misterio en un desesperado intento de repetir el acierto y la ventas porque si no... Y lo hace con la primera novela de Percy Collins, exagente de seguros reconvertido en autor de éxito. Una novela negra como las de antes, con palabras y letras y párrafos y páginas numeradas...

La ciudad de Nueva York vive acosada por la siniestra figura de un asesino en serie que la prensa ha bautizado como BolsaWoman; una tía buena que se pasea en bikini por Central Park matando a todos los hombres "que no la miran a los ojos a la primera" y que va con una bolsa de papel en la cabeza. Solo dos agredidos han sobrevivido a las cuarenta y tres puñaladas que suele emplear BolsaWoman en castigar a sus victimas. Sus declaraciones son las mismas, es imposible mirarla a los ojos. "Ni siquiera recuerdo si tenía", dice uno de los testigos. ¿Y a quién le encargan el trabajo de investigar estos ataques? A Peter Wallace, un duro y muy machado inspector de policía con afición al bourbon de baja calidad, vestirse con la ropa de hace dos días, gatillo fácil, lenguaje soez, problemas con las mujeres incluyendo tres divorcios, cuyo mejor amigo murió en un tiroteo por su culpa, una pésima relación con su hija adolescente y la sensación de que ya no hay justicia ni en la ciudad, ni en el mundo, ni en correos. Para resolver el caso tendrá la ayuda de Karen Foster, una psiquiatra que trabaja en días alternos para la policía. Atractiva, dura, con voz de miércoles de resaca, a la que le gustan los hombre que miran a la cara...

- ¿Qué pasó en el parque?
- Iba caminando tan tranquilo para ir al gimnasio cuando de repente apareció en mi camino una mujer en bikini... Iba descalza, tenía unas piernas largas y bien torneadas...
- ¿De qué color era el bikini?
- Negro...
- ¿Y el rostro?
- No pude verlo.
- ¿Por qué?
- Algo me impedía mirar a la cara... no podía pasar de los hombros... como si una fuerza gemela no me dejara avanzar en mi mirada.
- ¿Y entonces?
- Dijo que le gustaban los hombres que miran a los ojos... yo le dije que estaba mirándola a los ojos y...
- Se llevó cuarenta y tres puñaladas.
- Y alguna de ellas dolían mucho.


Electrizante, adictiva, sorprenente, larga, llena de descripciones tipo "la calle era larga y llevaba a una plaza redonda", imprescindible. Una estupenda lectura para este julio que se acaba que tanto se ha parecido a un marzo.

Sé mi primigenio highlander, Claudia del Moral, ed. Nefer, 2011

La ALMUP (Asociación Lovecraft Mola Un Puñao) es la responsable directa de esta nueva novela de Claudia del Moral. Preocupada por el hecho de que la figura de Lovecraft y, sobre todo, su mayor creación que es Cthulhu se ha convertido en figura para la broma y la parodia y en muletilla para libreros sin otras cosas que hacer, ha decidido tomar cartas en el asunto y contratar a algunos de los mejores escritores actuales para devolver a la mitología lovecraftiana su antiguo esplendor. Y conseguir nuevos mercados y nuevos publicos. Y Claudia del Mora, que se apunta a un bombardeo siempre que le paguen, ha sido elegida para escribir una serie de novelas que llevaran por título genérico, "Los amores primigenios" donde cada dios vivirá una historia de amor con una terrestre. Y será aquí donde se desvelará esa parte que Lovecraft obvió en sus relatos... También los que duermen se enamoran...

Las estrellas son propicias... Natalia cree tenerlo todo. Un trabajo que le gusta, reconocimiento, amigos, apetito y un buen fluir del aparato intestinal y excretor... Se cree feliz hasta que por las noches caen las máscaras y cuando duerme sueña... Sueña con una ciudad de infinitas columnas (tanto en número como a lo largo y a lo ancho) y un ser que duerme... una criatura que la colmará de placeres inimaginables y la devorará con su amor y pasión... algo cefalópodo, quizás, pero con un buen fondo, buena conversación y el poder de conducir a la locura a pintores y poetas... Esta criatura que responde al sexi nombre de Cthulhu está durmiendo y sueña... y en esos sueños, la llama. ¿Cómo podrá Natalia despertar al único ser que puede colmarla? ¿Y podrá Cthulhu despertar y cumplir su sueño de ser amado, de sentir una mano que le acaricie los tentáculos, de saberse comprendido y aceptado por lo que es y no por el miedo que provoca? Cthulhu solo quiere amar y ponerse falda escocesa... pero su envidioso y malvado hermano Tsathoggua hará todo lo que esté en su mano para impedirlo...

Sueños, pasión, locura, sectas, profundos, cánticos, celdas, manicomios, seres más allá de los hielos, malos despertares, dolor de cabeza, amor que vence todas las dificultades, masa gelatinosa... todo esto y mucho más en la nueva novela de Claudia del Moral.

Soñé. Recorría de nuevo las calles de R'lyeh admirándome en sus comercios y sus parques llenos de pequeñas semillas estelares que jugaban a atormentar pescadores confiados ante la mirada atenta de sus amorosas madres. Soñé. Y Cthulhu me esperaba. Despierto. Y sonreí al verlo en el quicio de la puerta con sus tentáculos agitándose a modo de cariñoso saludo y llevando la falda escocesa que le había regalado en mi último sueño. Ya no se despertaba con aquel mal humor de antes del café que producía que todos los poetas del mundo compusieran malos versos al calor de la inspiración y la jaqueca. Ahora sonreía y las poesías se llenaban de trinos.
-  Ph'kul mgtw wghai'l csag.
- Yo también te he añorado, Cthulhu.
- Nileha gwany'lh.
- Pero lo conseguiremos algún día... debes tener fe.
- Wgem thu'ly nafjw'lp.
- Lo sé... lo sé...
Y sentí como sus tentáculos me empezaban a acariciar la piel y su carne gelatinosa y húmeda empezaba a endurecerse y calentarse.
- T'hull wgman tu.
- Yo también te quiero.
Y me besó cubriéndome la cabeza con sus tentáculos. Y fue la fuerza de ese beso la que provocó la licuación del cerebro de millones de poetas en todo el mundo. Nadie les echo de menos. Salvo sus egos.

1 comentario:

Txema dijo...

Interesantes propuestas literarias.

Por cierto, mira que me tengo por una persona de fértil imaginación; pero jamás de los jamases se me hubiese ocurrido que la vida de un dilatador anal extremo diese como para escribir un libro.

Ojiplático me he quedado.