lunes, 11 de marzo de 2013

Piniculas

Resumen rapidito algunas de las películas que he ido viendo estas semanas. La mayoría son de tiros y explosiones y frases duras. Poco cine de pensar. Al cine de Igualada no llega lo más selecto de la cartelera, sino el producto, y en ocasiones subproducto, más comercial. Con el paso del tiempo uno acaba aclimatándose, relajándose y aprendiendo a valorar todo tiempo de cine.


Que me ponga a ver cine español es un milagro, pero es lo que tienen los domingos por la tarde. Entretenida, pero justita, tramposa y poco creíble. La idea es ingeniosa, pero los enigmas no cumplen con la promesa (si hasta yo me los sabía). Casting equivocado. Con una espantosa banda sonora de Los planetas. Como película no acaba de funcionar. Mejor un corto.


Cuesta expresar lo bien que me lo paso viendo las películas de Tarantino. Entiendo las críticas sobre fondo y forma, el pastiche y bla bla bla, pero el disfrute de niño pequeño con el que vivo sus historias hacen que todo eso pase por alto. No la disfruté tanto como Kill Bill, Pulp Fiction o Malditos bastardos, pero el despliegue narrativo, referencial y coñon me hizo pasarme toda la película con una sonrisa estúpida en la cara. Inmensos Christopher Waltz y Samuel L. Jackson. Y la música de Bacalov y Morricone...


Sé que no es de lo mejor de Carpenter, pero le tengo mucho cariño a esta película. Las historias de niños cabrones siempre me han gustado y la Mara de ésta da muy mal rollito. Ciencia ficción clásica, humor socarrón y esa serie B que tanto nos gusta de toda la vida.


Gran película de acción. Dredd recupera la dignidad cinematográfica como personaje después de aquella patochada que perpetró Silverster Stallone. Pura serie B. Un escenario, muchos malos, muchísimos tiros. Violenta, oscura, sucia y muy entretenida. Y directa. Va al grano. Nada de subtramas molestas o estiradas. Hay un malo, vamos a por él.


Mala, muy mala, mala de cojones, pero qué muy mala. Espantosa. Un mal piloto de una mala serie de televisión en una pésima cadena. Diálogos absurdos, situaciones increíbles, mueren más malos de los que hay, interpretaciones acartonadas y personajes ineptos. Pero, ver al tito Arnold empuñando una pistola y cargándose a quien se pone por delante siempre es bonito y te recuerda mejores épocas. Además, el momento en el que el malo explota es divertido.


Buenas interpretaciones para una buena historia. Drama familiar con tintes de género negro y sensación de frío. Me gustan las historias de clanes familiares aislados, fabricantes de metanfetaminas, basura blanca, como en los cuentos de Knockenstiff, pero con algo de humanidad y esperanza. Y una adaptación bien hecha de una estupenda novela (escribí cuatro rayas sobre ella aquí).

No hay comentarios: